Tres personas fueron condenadas a prisión perpetua por el asesinato intrafamiliar del efectivo de Gendarmería Nacional Gustavo Elorrieta (42), asesinado en julio de 2022 en su casa de Roldán y posteriormente descartado en un aljibe de la región.
El fallo recayó sobre Mercedes Encina Flores (50), la exesposa del gendarme, y dos jóvenes: Mario Faetani (29) y Alex Galarza (21). Estos eran amigos del otro Alex, el hijo adolescente de Elorrieta, también implicado, aunque el proceso penal transitó en el fuero de menores.
Este lunes el tribunal integrado por Hebe Marcogliese, Natalia Benvenuto y María de los Ángeles Granato condenaron a Encina Flores a la pena máxima por homicidio cuádruplemente calificado por el vínculo, por alevosía por el concurso premeditado de más de dos personas y por codicia en calidad de coautora.
Prácticamente la misma calificación recayó sobre Faetani y Galarza, excepto por una formalidad: el tribunal sostuvo que estos dos allegados a los familiares de Elorrieta no actuaron por codicia.
Días atrás la fiscalía presentó el caso relatando la situación sentimental, familiar y laboral del gendarme Elorrieta, de 42 años, clave para comprender el trasfondo y las circunstancias de su destino trágico.
Oriundo de Monte Grande, Corrientes, Elorrieta estuvo casado con Mercedes Encina Flores (oriunda de Paraguay) y, producto del matrimonio, tuvo dos hijos, hoy de 20 y 13 años. Convivían en Larrea al 1200, en Roldán.
El gendarme integró la Sección de Investigación Antidrogas Rosario (Seinaros), donde encabezó investigaciones sobre crimen organizado y lavado de activos. Previo a ello, había prestado servicio en distintas unidades desplegadas a lo largo y ancho de la Argentina.
Estuvo en Rosario y la región hasta febrero de 2022, cuando decidió irse a Buenos Aires a realizar cursos de ascenso profesional. En abril conoció a Lourdes, una colega de la fuerza, y comenzó una relación que decantó poco después en la decisión de ponerle fin al matrimonio con Mercedes.
Una vez que Mercedes se anotició de la decisión de la separación, en junio, comenzó a planificar junto a su hijo Alex Elorrieta; el amigo de ambos Mario Faetani; y el amigo de su hijo, Alex Galarza, la forma en que iban a acabar con la vida de Gustavo los días en que sabían que este vendría a pasar las vacaciones a Roldán.
Sin percibir indicios de ese oscuro plan, el hombre de la fuerza federal siguió visitando a sus hijos hasta su último encuentro, el 10 de julio. Llegó cerca de las 21.30 desde la ciudad de Buenos Aires en su VW Bora gris.
Entre las 23.30 (momento de la última utilización del celular de la víctima) y el 12 de julio, Mercedes, Alex Elorrieta, Mario Faetani y Alex Galarza, previo a inyectarle drogas para inmovilizarlo (se dijo ketamina), y en ese estado utilizando una maza, le propinaron a Gustavo por lo menos cuatro golpes mortales en el cráneo.
Tras ello se dirigieron hacia un monte ubicado en el camino Dorrego, casi intersección con Camino de los Gauchos. Bajaron del auto y cargaron a pie el cuerpo de Elorrieta hasta el interior del monte, donde lo arrojaron en un aljibe seco y lo cubrieron con tierra y ramas.
El caso comenzó a destaparse gracias a Stella, hermana del gendarme, y de Lourdes, la novia. Ya para el 25 de julio el misterio alrededor de Elorrieta presagiaba lo peor. Para el 27, el círculo comenzaba a cerrarse sobre la casa de Larrea al 1200. El 29 los investigadores hallaron el cuerpo en el interior del aljibe. Luego, las pruebas de luminol, el hallazgo del cuerpo y los testimonios fueron la prueba más contundente sobre los acusados que presentó la fiscal Carla Ranciari.



