En Cepeda al 3700, los vecinos aseguran que “ya ni se puede salir a tomar mates en la vereda”. Lo dicen porque respiran violencia y muerte “todos los días”. Y como ejemplo dramático está la muerte de Ricardo, un hombre de 60 años que recibió un tiro en el cuello como respuesta a su advertencia a delincuentes que fueron a balear un bunker de drogas que funciona frente a su casa. En la ráfaga de tiros, fueron heridos una de sus hijas, la pareja de ésta y su nieto, un chico de apenas 9 años. “Mi papá les gritó para que no le tiren a mi hijo y lo mataron a él”, describió otra de las hijas de la víctima fatal. A la vuelta, hace poco tiempo mataron a una jubilada. También tomaba mates en la vereda. 

A Ricardo Carrizo le pegaron un tiro en el cuello por advertirles a los dos delincuentes que llegaron en moto que no disparen porque allí estaba su nieto. Los tiratiros no hicieron caso y uno de ellos se dio vuelta y gatilló contra el grupo que estaba compartiendo un momento en la vereda

Magalí Carrizo, hija de Ricardo, fue herida en el tobillo. Ezequiel Salgueiro, pareja de Magalí, resultó herido en la pierna. Y Santino, el pequeño de 9 años que había ido a la casa de su abuelo, también fue baleado en una pierna. 

“Yo estaba en mi casa y sentimos los tiros. Salí corriendo desesperada porque sabía que mi hijo había ido a la casa de su abuelo. Cuando llegué vi a mi papá tirado, a mi nene tirado, a mi hermana tirada”, describió en forma dramática, en el móvil de Radio 2, una de las hijas de Ricardo y mamá de Santino. 

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“Mi papá le gritó ‘ey no tiren’, y uno de ellos se dio vuelta y les disparó a todos los que estaban en la vereda. Vi que mi esposo agarró a mi nene, lo cargó en un auto y lo llevaron al hospital”, continuó la mujer. 

La hija de la víctima fatal relató que “estaban todos tomando mates, como todas las tardes”. Y confirmó: “Acá hay bunker, acá pasa casi todos los días”. 

“A mis chicos los tengo todo el día adentro. Mi papá les gritó para que no le peguen a mi hijo y le pegaron a él”, cerró la mujer, antes de romper en llanto. 

El hecho sucedió en Cepeda al 3750, que es una calle cortada en la zona de Segui y Ayacucho, en el sector sur de la ciudad. A la vuelta de allí, en octubre pasado asesinaron a una jubilada, que fue alcanzada por dos disparos en la espalda cuando intentaba ponerse a resguardo de una balacera. También tomaba mates en la vereda junto a su esposo.