Alberto Fernández reconoció por primera vez que está dispuesto a firmar el despido de quien se interponga con el aumento de tarifas que necesita aplicar para no tener que aumentar los subsidios energéticos.

“La suba de tarifas es una decisión política, quien no puede tomar esa decisión no puede seguir en el Gobierno”, expresó el Presidente.

Esto dijo el mandatario en la intimidad, según publica hoy el diario Clarín. La frase fue una advertencia para el kirchnerismo, que tiene funcionarios en el área energética y que se resiste a aceptar un aumento.

La decisión de Fernández, quien se encuentra de gira por el exterior, compromete en principio a Soledad Manín, la titular del Enre.

Manín responde al subsecretario de Energía, Federico Basualdo, dirigente camporista que el año pasado el ministro de Economía Martín Guzmán intentó –sin éxito– echar en medio de un acalorado debate por el congelamiento de tarifas que quería garantizar el kirchnerismo.

Otro funcionario que podría quedar en la mira es el secretario de Energía, Darío Martínez.

Martínez ya había recibido la orden de designar a tres funcionarios suyos para ir a las audiencias en las que se analizan los aumentos tarifarios. A la de gas, envió a la subsecretaria de hidrocarburos, Maggie Videla. A la de electricidad, acudió su jefe de gabinete, Guillermo Usandivaras; y en la de segmentación estuvo Santiago López Osornio.

Las audiencias son “no vinculantes”. “Cada uno puede tener la opinión que quiera (sobre los aumentos), pero en esto decido yo”, ha razonado el mandatario, quien mantiene su apoyo al ministro de Economía.

Guzmán, precisamente, aclaró la semana pasada, en otro mensaje fuerte al kirchnerismo, que se iba a gobernar con los que apoyaban la gestión.