Miguel Lifschitz le bajó el pulgar a una alianza entre el Frente Progresista y Juntos por el Cambio que desde hace semanas militan intensamente sectores del PRO y de la UCR santafesina. Nada de rejuntes, "no es lo que la sociedad nos está pidiendo", dice la principal figura electoral de la oposición santafesina a Rosario3.

Cuando en noviembre dijo tempranamente que le gustaría ser candidato a senador a nacional, Lifschitz mostró su vocación por ordenar y ser una voz determinante en el armado opositor para 2021. La desautorización a un frente de frentes va en el mismo sentido. Pareciera que ser o no candidato –decisión que aquí cuenta cuándo y cómo tomará– hoy no resulta tan importante como mantener la centralidad en la orbe política santafesina. A veces jugando la carta del silencio, otras veces con posicionamientos explícitos.

La cercanía del intendente Pablo Javkin con Omar Perotti; la relación de Javkin con el socialismo; los cambios de gabinete provincial; y su decepción con el presidente Alberto Fernández. También de estos temas habla Miguel Lifschitz.

–¿Ve un 2021 diferente al año pasado?

–Viene el desafío para los gobiernos de empezar a gobernar. En el primer año, entre la pandemia y las superpuestas crisis que castigan a la Argentina, dejaron de lado un poco la cuestiones estructurales y se abocaron a responder como pudieran a los efectos de la pandemia. Ahora los sistemas de salud y los gobiernos están prácticos en manejar la situación y es momento de empezar a resolver los problemas. A nivel nacional los problemas económicos y sociales; y a nivel provincial seguridad y la educación.

–Diciembre y la proyección de enero reactivaron la inflación como problema central.

–La situación macroeconómica se agravó. Más allá de la resolución positiva de la deuda, quedan pendiente el arreglo con el FMI y poner en marcha un plan económico. No han pasado de medidas coyunturales para atemperar los impactos negativos de la pandemia, pero sin atender las cuestiones estructurales. Esto nos pone en una situación muy delicada, por la inflación que no tiene techo y una actividad económica que todavía no se puso en marcha.



–Se señala mucho la convivencia entre el presidente y la vice como un componente extra a los problemas del país. ¿Comparte esas miradas?

–Sin dudas las disputas de poder, pero también ideológicas, complican a cualquier gobierno. Es un momento delicado, de crisis muy profunda… se necesitaría un equipo de gobierno homogéneo y buen diálogo con la oposición. Ninguna de esas dos cosas aparecen.

–¿Entonces está decepcionado con el presidente?

–Sí, la verdad que tenía expectativas de que iba a cumplir lo prometido en campaña. Terminar con la grieta, hacer un gobierno de diálogo, una mirada federal no solo en los gestos si no en la realidad. Y que podría articular los distintos factores de poder para encolumnarlos en un proyecto que permitiera salir de la crisis. Hasta ahora eso no se ve.

Tenía expectativas de que Alberto Fernández iba a cumplir sus promesas de campaña pero hasta ahora eso no se ve

–¿Qué opinión tiene del vínculo que fueron construyendo en 2020 Santa Fe y Nación a partir de dos gobiernos peronistas?

–Pensé que habría un vínculo mucho más fluido, que se iban a resolver rápidamente muchos temas pendientes de la provincia, por ejemplo la deuda por coparticipación, obras estratégicas que reclamamos y nos prometen desde la época de Menem. 



–¿Cuál le parece que es la razón?

–No se ve una relación fluida entre el gobierno nacional y provincial, lamentablemente. Lo mismo ocurre en el ámbito de la seguridad: hay una escasa presencia de fuerzas federales y no se percibe una participación activa de Nación.

–¿Entonces usted no ve buena sintonía entre Perotti y Fernández?

–No percibo públicamente que haya sintonía, o que haya operación o coordinación más allá de los gestos o reuniones para la foto. 

No percibo que haya sintonía entre Perotti y Alberto Fernández

Lifschitz repasó todos los temas en una entrevista exclusiva con Rosario3. (Alan Monzón/Rosario3)



–¿Ya tomó la decisión de si será candidato a senador nacional?

–No la tomé todavía ni la voy a tomar solo. Estas cosas se discuten en marcos más amplios, probablemente entre marzo y abril cuando esté más claro el escenario electoral. En cualquiera de los casos estamos trabajando muy activamente en fortalecer el Frente Progresista, porque la fuerza que hoy puede ser alternativa al peronismo es el Frente Progresista. Trabajamos por ocupar ese espacio y la elección intermedia es una buena oportunidad para empezar a andar ese camino.

–¿La herramienta sigue siendo el Frente Progresista?

–Hay mucho debate al interior del frente pero advierto, porque participo en todas las reuniones, que hay una coincidencia en mantener la esencia y corazón del Frente Progresista en términos organizativos, es decir de las fuerzas que los integran. Y por otro lado mantener un núcleo de coincidencias básicas en nuestro programa de gobierno y propuestas electorales. O sea que no habrá un viraje del Frente Progresista hacia otras franjas del pensamiento político nacional.

–¿Descarta una alianza entre el Frente Progresista y Juntos por el Cambio?

–No lo vemos dentro de las posibilidades, por lo menos en este momento. No creemos que la sociedad nos esté pidiendo eso, tampoco hay un diálogo, coincidencias de programas, ideas, principios, que nos permitan pensar en esto. Creo que es un momento de pensar, más que en estructuras y rejuntes políticos, cómo logramos mayor cercanía con la opinión pública, con la sociedad civil. Hay que tener un conjunto de personas que sean confiables, que generen expectativa en la sociedad y una propuesta. La gente vota ideas y propuestas…

–Dirigentes de la UCR y del PRO plantean un frente antiperonista o antikirchnerista, agrupar todo lo que hay enfrente.

–Es un error traer el escenario de la grieta a Santa Fe. Nunca el FPCyS se planteó como una propuesta antiperonista. Es más, hay sectores del peronismo que en distintos momentos nos acompañaron, algunos explícitamente y otros más silenciosamente. Organizaciones gremiales que trabajaron con nosotros en muchas oportunidades, y probablemente lo vuelvan a hacer, porque sectores del peronismo, con los que tengo muy buen diálogo, están bastante desilusionados del gobierno de Perotti, se sienten al margen o que no se da respuesta a sus expectativas. No tengo dudas que una propuesta amplia de nuestro espacio político puede contar con sectores del PJ.

Es un error traer el escenario de la grieta a Santa Fe



-¿En qué otros sectores piensa?

–Todos pensamos en cómo reforzar nuestra performance electoral y cómo pasar de un tercio ajustado como fue en las últimas elecciones a una mayoría más amplia. Eso implica pensar en sumar dirigentes sociales y fuerte protagonismo a los intendentes, porque ese es nuestro gran capital hoy: más de 200 gobiernos locales, entre ellos Rosario y Santa Fe. Los dos intendentes (Pablo Javkin y Emilio Jatón) tienen que jugar un rol muy importante. Y por otro lado pensar en dirigentes de la sociedad civil. Tenemos buen diálogo con la izquierda democrática de Santa Fe, con Rubén Giustiniani, con Carlos del Frade. No quiere decir que vayamos a formar un espacio conjunto pero digo que podemos tener posturas comunes, de hecho las tenemos en la Legislatura. Tampoco les cerramos la puerta a dirigentes valiosos de otros espacios, por ejemplo el PRO.

Lifschitz repasó todos los temas en una entrevista exclusiva con Rosario3. (Alan Monzón/Rosario3)



–No puedo dejar de notar que uno de los impulsores de una alianza con Juntos por el Cambio, es Maximiliano Pullaro, su ex ministro y aliado en la Legislatura. Parecen dos ideas completamente diferentes.

–No son completamente distintas… son matices. Yo entiendo la situación del radicalismo: es un partido que nacionalmente es parte y socio de Cambiemos. Y acá hay un debate sobre cómo ampliar nuestro piso electoral, para el que todas las ideas sirven. Cuando llegue el momento vamos a tener una síntesis. El FPCyS es una excepción en Argentina, con más de 25 años de historia. Pasamos experiencias de gobierno, ganamos muchas elecciones, perdimos otras, y mantuvimos la cohesión a pesar de realidades nacionales muchas veces contradictorias. Así que confío en que, a lo mejor cambiando algún simbolismo, alguna palabra, ese espacio común se va a sostener y ampliar.

–Había mucha inquietud entre los socialistas por una alianza con el PRO.

–El socialismo también tiene mucho debate político. No es la primera vez y al final se encuentra un punto en común. Todos queremos un proyecto progresista, volver al poder. No es un partido testimonial y está trabajando para volver al gobierno. De hecho estamos en muchos gobiernos locales, así que tenemos que encontrar la fórmula adecuada para sostener nuestras ideas, nuestra visión de la política y de la provincia. Y al mismo tiempo la fortaleza electoral para ganar elecciones.

El socialismo no es un partido testimonial y está trabajando para volver al gobierno

–¿Está a favor de suspender las Paso?

–No. Salvo que hubiera una situación muy anómala por la pandemia que por ahora no se visualiza, hay que sostener las primarias. Es una buena experiencia, por lo menos en Santa Fe. Por otro lado, si se puede votar un día se pueden votar dos.

–El gobernador Perotti cambió dos ministros claves en la relación con la Legislatura. ¿Tiene expectativas de que la relación Ejecutivo-Legislatura se encarrile?

–No lo sé... Creo que más allá de los ministros el que define todo sobre las relaciones es el gobernador.

–El gobierno le reprocha a usted como líder y a la oposición en general que quieren gobernar desde la Cámara de Diputados y votan leyes para condicionarlo.

–Nosotros tenemos mayoría en una sola cámara, en todo caso se podrán votar proyectos pero no se convierten en ley si no es con el apoyo del peronismo en el Senado. Y por otro lado todos los proyectos que envió el Ejecutivo han sido tratados y aprobados. Y los que no, están en tratamiento.

–¿Reforma de Seguridad y Plan de Conectividad?

–Sí. Y en tiempo récord aprobamos presupuesto, la ley tributaria y Consenso Fiscal.

–Un dato político de 2020 es la cercanía que construyeron el intendente Javkin y el gobernador Perotti. ¿Le hace ruido?

–Un intendente en un año tan complejo es razonable y natural que intente tener una buena relación con el gobernador y el gobierno nacional. Yo también estuve en ese lugar e intenté hacer lo mismo con gobernadores de otro signo político. No creo que haya nada para cuestionar.

Lifschitz repasó todos los temas en una entrevista exclusiva con Rosario3. (Alan Monzón/Rosario3)



–Javkin reprochó días atrás que decisiones suyas y de la ex intendenta Mónica Fein condicionaron su primer año en cuando a los fondos provinciales para la Salud Pública de Rosario. ¿Cómo recibió esa crítica?

–Yo tengo la tranquilidad de que todo eso se hizo consultándolo con él, porque ya estaba electo y todos las negociaciones hasta último momento fueron conversando con él.

–¿El socialismo está comprometido con la gestión Javkin?

–Sin duda. Cuando Pablo fue candidato a concejal en 2017, en una elección muy compleja y polarizada, fue nuestro candidato. Y luego, superadas las internas, fue nuestro candidato a intendente.