Con un pronóstico incierto como acaso nunca antes, Argentina comienza este domingo una reconfiguración de su esquema de representación política con las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso) que encierran otra novedad: efectivamente hay candidaturas presidenciales en disputa en los dos espacios políticos que a priori aparecen como mayoritarios. La elección se desarrolló de 8 a 18, aunque en la ciudad de Buenos Aires las mesas iban a continuar abiertas hasta las 19.30. Esto se debe a demoras que se generaron por problemas con el voto electrónico, sistema con el que se sufraga en el rubro jefe de Gobierno porteño.

En cuanto al porcentaje de asistencia, quedaría por debajo del piso histórico del 70 por ciento parea una Paso presidencial, pues rondaría el 68,3 por ciento según informó la Cámara Nacional Electoral. Ese porcentaje, sin embargo, es mayor al de las Paso legislativa que fue del 67,78.

A las 18 comenzaba un escrutinio que se espera que sea lento, con tendencias relativamente claras recién para después de las 22.

La crisis económica con una inflación lascerante más el enojo o desencanto de gran parte de la población hacia la dirigencia son el marco que rodea el acto electoral, que significa también el inicio de un proceso de renovación de los liderazgos encarnados por las dos figuras que dominaron el escenario político durante los últimos años: los expresidentes Cristina Kirchner y Mauricio Macri, ambos ausentes en las boletas después de mucho tiempo. 

Los últimos dos días de campaña sumaron un factor que enrareció más aún el clima social: la visibilidad que adquirió la violencia, otra cara de la tremenda crisis que atraviesa la Argentina, a partir de dos muertes: la de una niña de 11 años al ser asaltada por motochorros frente a su escuela en Lanús y la de un hombre que participaba de un acto de protesta en el Obelisco que fue reprimida con fiereza por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires a pesar de que los manifestantes no habían cortado la calle. 

Peleados pero Juntos

La interna más atractiva y de resultado más inciertos de este domingo es la de Juntos por el Cambio, donde la candidatura presidencial se dirime entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. 

El jefe de Gobierno porteño, que cultiva un perfil moderado y dialoguista, y la exministra de Seguridad, que con su eslogan “a todo o nada” se plantó con un discurso duro como representante de los “halcones”, protagonizaron una campaña durísima, con cruces fuertes que dejaron en evidencia diferencias muy profundas.

Tanto que en Juntos por el Cambio no solo preocupa el resultado de la elección sino el día después, cómo se unen las partes luego de un proceso de tanta tensión, para evitar fugas por izquierda o por derecha en las elecciones generales de octubre. En pos de eso, se acordó que ambos compartan el mismo espacio, aunque en salones separados, para montar los búnkeres desde donde seguirán los resultados: será en el complejo Parque Norte de la ciudad de Buenos Aires. Así, gane quien gane y pierda quien pierda, el fin de la noche los encontrará juntos y eso garantiza que haya foto de unidad.

Unión aunque duela

 

En el oficialismo, rebautizado Unión por la Patria, también hay interna por la candidatura presidencial, aunque en este caso hay un claro favorito: todo indica que Sergio Massa se impondrá con amplio margen a Juan Grabois. 

Sin embargo, no es menor el dato específico de por cuánto. La precandidatura de Grabois tiene la función, en gran parte, de contener el voto histórico de kirchnerismo que puede ver a Massa como un postulante demasiado condescendiente con el establishment. Es representativa, a la vez, del espacio que han ganado los movimientos sociales dentro del mapa político argentino. Pero si su cosecha es mayor a la prevista puede complicar uno de los objetivos principales del ministro de Economía para sostener su competitividad de cara a octubre: ser el precandidato individualmente más votado.

Para el peronismo en general se trata de una elección compleja. La experiencia de gobierno del Frente de Todos, con la anomalía de origen que significó que la candidata a vicepresidenta (Cristina Kirchner) nominara al candidato a presidente (Alberto Fernández) en 2019, resultó decepcionante, fruto de una convivencia política que resultó imposible.

Tanto que el presidente, ahora convertido en actor de reparto de su propia gestión, hoy es una figura absolutamente decorativa o ni siquiera eso –en la campaña buscaron esconderlo lo máximo posible– y la vicepresidenta declinó cualquier candidatura, con la excusa de una proscripción judicial pero convencida también de que no tendría chances ante cualquier postulante opositor en el balotaje.

Así se abrió camino para la candidatura de Massa, un dirigente con buena relación con el círculo rojo y con posibilidades de sumar entre el electorado moderado, aunque con el karma de ser el responsable económico de un gobierno que definitivamente no puede con la inflación que devora los ingresos de los asalariados. 

Si en semejante escenario el oficialismo llega con expectativas a este domingo electoral es porque está demasiado fresco el recuerdo del paso de Juntos por el Cambio, con Macri a la cabeza, por el gobierno nacional. La idea de que esa mala gestión, que endeudó como nunca antes al país con el Fondo Monetario Internacional (FMI), es corresponsable de la situación de hoy es un factor que también juega en estas Paso, al menos desde las aspiraciones del oficialismo.

¿Cuáles son esas aspiraciones? Lo dicho: que Massa sea el precandidato más votado. Y reunir en su conjunto un piso que supere el 30 por ciento de los votos y que la suma de los de Juntos por el Cambio no lo supere por más de 5 puntos.

Tercero en discordia

Si eso es posible también se debe a que, a diferencias de las elecciones presidenciales anteriores, hay un tercer jugador de peso con un discurso que compite, esencialmente, con el de la halcona Bullrich: Javier Milei.

El candidato de la Libertad Avanza, sin rivales internos, aspira a representar el enojo de una parte importante de la sociedad, que acaso sin su presencia hubiera podido repetir un fenómeno como el de 2001, cuando el voto bronca (en blanco y anulados) se convirtió en protagonista principal de los comicios.

¿Logrará el economista meterse en la pelea con, como auguran algunas encuestas, cerca del 20 por ciento de los votos? Es una pregunta cuya respuesta será clave en las Paso. Lo mismo que el nivel de abstención, que viene en alza en los comicios provinciales.

Las otras fuerzas

Por fuera de las tres fuerzas que aparecen como las principales de esta elección, la cosecha de otras dos pueden tener incidencia en la reconfiguración de la representación política, una porque le puede restar votos a Juntos por el Cambio (más que nada a Rodríguez Larreta) y otra al kirchnerismo: Hacemos por nuestra Argentina, que lleva como candidato al gobernador cordobés Juan Schiaretti, y Principios y Valores, del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. 

En total son 22 las fórmulas presidenciales que compiten este domingo. Para llegar a la general, las fuerzas políticas deben superar el 1,5% por de los votos. Además de presidente y vice, se definen candidatos a diputados nacionales, a parlamentarios del Mercosur y en algunas provincias también a senadores nacionales y gobernadores. Hay más de 35 millones de ciudadanos habilitados para votar.

Las fórmulas presidenciales oficializadas son las siguientes:

Unión por la Patria 

Lista Celeste y Blanca: Sergio Massa-Agustín Rossi.

Lista Justa y Soberana: Juan Grabois-Paula Abal Medina.

Juntos por el Cambio

Lista El Cambio de Nuestras Vidas: Horacio Rodríguez Larreta-Gerardo Morales.

Lista La Fuerza del Cambio: Patricia Bullrich-Luis Petri. 

La Libertad Avanza

Lista Libertad por Siempre: Javier Milei-Victoria Villarruel.

Hacemos por Nuestro País

Lista Hacemos: Juan Schiarett -Florencio Randazzo.

Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad (FIT-U).

Lista Unir y Fortalecer la Izquierda: Myriam Bregman-Nicolás del Caño (PTS).

Lista Unidad de Luchadores y la izquierda: Gabriel Solano (PO) - Vilma Ripoll (MST)

Nuevo MAS 

Lista Izquierda Anticapitalista: Manuela Castañeira-Lucas Ruiz.

Política Obrera

Lista Unidad Obrera: Marcelo Rama -Patricia Urones.

Libres del Sur 

Lista Azul y Rojo: Jesús Escobar-Marianella Lezama Hid.

Frente Principios y Valores

Lista Tierra Techo y Trabajo: Guillermo Moreno - Leonardo Fabre.

Frente Patriota Federal

Lista Patria Unida: César Biondini-Mariel Avendaño.

Frente Liber.ar

Lista Demos: Nazareno Etchepare-Fernando Lorenzo.

Lista Reconquista: Ramiro Vasena - Víctor Lagonegro.

Movimiento Izquierda Juventud Dignidad

Lista Dignidad: Raúl Castells - Adriana Reinoso.

Lista Confederal: Santiago Cúneo - Gustavo Barranco.

Proyecto Joven

Lista Paz, Democracia y Soberanía: Mempo Giardinelli - Bárbara Salernou.

Lista Patria Unida: Martín Ayerbe Ortiz-Hugo Rodriguez.

Lista Todex: Reina Xiomara Ibáñez - Gonzalo Rodrigo Ibarra.

Unión del Centro Democrático

Lista Apertura Liberal Argentina: Andrés Passamonti-Pamela Margaride Fernandez.

Movimiento de Acción Vecinal Orden Nacional

Lista Compromiso Vecinal: Humberto Albarracín-Darío Pastore.