Investigadores de Barcelona descubrieron un nuevo marcador que permite predecir si una infección por tuberculosis puede evolucionar hacia el desarrollo de la enfermedad y estimaron que el hallazgo podría agilizar el diseño de vacunas o tratamientos eficientes, según una investigación publicada hoy en la revista Pathogens.

Una nueva investigación, realizada por investigadores del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona, Barcelona, describió un mecanismo de actuación de la tuberculosis que se convierte en un “nuevo marcador predictivo de la enfermedad”.

A mediano plazo, puede permitir acelerar el diseño de una vacuna que evite la progresión de una enfermedad que afecta a 10 millones de personas cada año en el mundo, indicó la agencia SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas).

Según especificaron, una de las grandes incógnitas tiene que ver sobre cómo y por qué la infección con un determinado bacilo -bacteria de forma alargada-, termina derivando en la manifestación de la enfermedad que, globalmente, sólo el 10% de las personas infectadas la acaban desarrollando.

Los científicos descubrieron que el progreso de la infección hacia la enfermedad repite un mismo patrón: cuando el bacilo infecta al macrófago alveolar -células pulmonares- de forma extracelular la lesión que causa aumenta de forma desmedida, generando pequeñas pero múltiples lesiones “hijas”.

“Hay un punto crítico, en el que la infección degenera en enfermedad, en el que pasamos de una lesión de un milímetro a una de un centímetro. Además, esto sucede rápidamente, en cuestión de 15 días, lo que cuestiona mucho la idea que teníamos de la tuberculosis como enfermedad que se genera lentamente”, explicó Pere-Joan Cardona, investigador en Microbiología y Parasitología del hospital.

Para la investigadora y radióloga, la identificación por imágenes de escáner de una lesión central acompañada de múltiples lesiones a su alrededor “marcan claramente el cambio de tuberculosis contenida hacia enfermedad progresiva activa”.

"La confirmación de esta hipótesis aporta un nuevo parámetro para el diseño de nuevas vacunas, que impedirían la generación de estas lesiones hijas y, consecuentemente, evitarían la enfermedad", añadió Cardona.

La tuberculosis es una enfermedad que afecta principalmente a los pulmones y que puede llegar a ser mortal si no se trata, así como dejar secuelas en forma de fibrosis pulmonares y otras afecciones respiratorias que empeoran la calidad de vida del paciente.

Además, puede ser aguda y más grave en las personas con pocas defensas como, por ejemplo, niños, personas mayores, o portadoras del virus del sida, cáncer o diabetes.

La infección está más extendida de lo que se piensa, pero una vez detectada, cuenta con un tratamiento efectivo que dura unos cuatro meses.

La detección de la lesión grande que evidencia la existencia de la enfermedad se realiza a través de una radiografía de tórax, pero, en cambio, la infección sólo puede comprobarse a través de la prueba de la tuberculina.