El diagnóstico de la enfermedad de Parkinson no puede confirmarse, al menos hasta el momento, mediante análisis de sangre o estudios de imagen cerebral. Pero una reciente investigación, publicada el 30 de agosto en la revista Science Translational Medicine, podría llevar a que quienes tienen este trastorno reciban su diagnóstico a través de una extracción de sangre.
La prueba en cuestión mide el daño del ADN en las mitocondrias de las células, que se sabe que es mayor en personas con enfermedad de Parkinson.
"Aunque se necesita más trabajo para validar la prueba de sangre, nuestro objetivo es llevar esto a la cabecera del paciente lo más rápido posible", dijo la autora del estudio, Laurie Sanders, profesora asociada de neurología y patología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, en Estados Unidos.
Investigaciones anteriores del mismo grupo también mostraron que hay un cúmulo de daño en el ADN mitocondrial en el tejido cerebral de personas que murieron con enfermedad de Parkinson.
"Un diagnóstico claro identificaría con precisión a los pacientes que podrían participar en ensayos clínicos con medicamentos, lo que llevaría al desarrollo de mejores tratamientos y, potencialmente, incluso curas", agregó Sanders.
La nueva prueba también identificó niveles altos de este ADN dañado en la sangre de personas que tienen una mutación genética conocida como LRRK2, que también se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
"Pudimos ver este marcador en personas que portan una mutación genética, pero aún no tienen la enfermedad de Parkinson", dijo la investigadora, y sumó: "Esto es algo que puede estar ocurriendo muy temprano en el proceso de la enfermedad, y podríamos ser capaces de evaluar a personas que están en alto riesgo, realizando una intervención antes. Una prueba de sangre simple y económica podría orientar a las personas si deben buscar atención médica adicional".
Durante su investigación, Sanders y sus colegas también probaron una terapia que se dirige a esta mutación LRRK2 e identificaron niveles más bajos de daño en el ADN mitocondrial en células tratadas con un inhibidor de LRRK2, en comparación con personas que no lo recibieron.
Hubo niveles más bajos de daño en el ADN mitocondrial en células tratadas con un inhibidor de LRRK2 en comparación con las de personas que no recibieron el inhibidor, mostró el estudio. Aún no hay inhibidores de LRRK2 aprobados en el mercado.
"La idea de usar el ADN dentro de la central eléctrica de una célula a la que nos referimos como mitocondria como marcador para la enfermedad de Parkinson fue un enfoque muy inteligente", destacó el doctor Michael Okun, asesor médico de la Fundación de Parkinson y director del Instituto Norman Fixel para Enfermedades Neurológicas en el centro médico de la Universidad de Florida en Gainesville.
"Una cosa que fue muy atractiva de su enfoque basado en sangre fue que potencialmente podrían determinar si una persona puede o no tener una respuesta a una forma particular de terapia con medicamentos para la enfermedad de Parkinson", agregó Okun.
Por otro lado, el asesor médico señaló que esta nueva prueba aún no está lista para su uso generalizado. "Su enfoque basado en sangre tiene un largo camino por recorrer antes de la validación como biomarcador. Este viaje debe incluir muestras más grandes, pruebas en una cohorte independiente y mostrar diferenciación de otros subtipos de Parkinson", manifestó.



