Recientemente y a raíz del anuncio de altas temperaturas para los próximos días, especialistas del Hospital de Clínicas José de San Martín (Buenos Aires) advirtieron sobre el impacto del calor sobre la salud y, a modo preventivo, respetar la necesidad de ingerir agua para evitar episodios de deshidratación. Niños y adultos mayores constituyen la población más vulnerable para estos casos.

En este aspecto, especialistas explicaron que, para que el cuerpo funcione óptimamente, la pérdida de líquidos debe reponerse de manera inmediata. La misma se genera por medio de la transpiración, una respuesta corporal que aumenta con las altas temperaturas para mantener el organismo con la temperatura que corresponde.

"Al permanecer en un medio con temperaturas elevadas y sobre todo por tiempo prolongado (días sucesivos de alta temperatura) el cuerpo tiende a hacerse similar con el entorno pudiendo elevar su temperatura interna si no se adoptan medidas preventivas. El principal mecanismo de adaptación al calor es la sudoración lo cual trae como consecuencia pérdida de líquidos", comentaron.

Hidratación: qué y cómo ingerir líquidos

El agua representa el 70% del peso corporal, constituyéndose en un componente esencial puesto que colabora en las funciones de todo el organismo: transporta nutrientes y oxígeno a las células, regula la temperatura corporal, participa en la alimentación de sustancias tóxicas, colabora en regular el tránsito intestinal, entre otras actividades importantes.

Es por ello que, para reponer el líquido perdido y garantizar buenos niveles internos de agua, los especialistas recomiendan consumir a lo largo del día al menos dos litros u ocho vasos de agua potable. Quienes no cuenten con el hábito de tomar agua, la recomendación es elegir momentos del día para que funcionen como recordatorio. Por ejemplo: al levantarse, al llegar al trabajo, en el almuerzo y cena, al llegar a casa, antes de dormir, entre otros. También se sugiere llevar consigo una botella cargada con agua.

Tanto antes como durante y luego de la exposición a altas temperaturas o realizar ejercicio físico, es fundamental hidratarse. Cada vez que el cuerpo se moviliza, sobre todo frente a altas temperaturas, más agua se pierde independientemente de la intensidad de esa movilización.

Por otra parte, si bien existe una gran variedad de bebidas (agua, infusiones como té, café, mate;  jugos de fruta, lácteos, gaseosas, entre otros); el agua es el hidratante por excelencia; el más sano y más natural. Al momento de ingerir líquidos es preferible optar por agua y en caso de ingerir jugos o gaseosas, optar por los que no contienen azúcar ni alcohol, ya que éstos pueden generar más calor corporal y ser contraproducentes.

Finalmente, advirtieron que tanto bebés como niños, adultos mayores y personas con dificultades en la comunicación (por enfermedades neurológicas o psiquiátricas) suelen contar con el riesgo de no poder expresar tener sed, ni tampoco alejarse de ambientes calientes por sus propios medios. Ante ello se debe prestar inmediata atención para evitar su deshidratación.

Fuente: Télam.