Días atrás, en el marco del Programa de Educación Continua (PEC) que el Colegio de Odontólogos de la provincia de Santa Fe, 2da Circunscripción, dicta cada año a sus colegiados, el odontólogo Eduardo Guglielmetti dictó su clase “El aporte de la ortodoncia, para la rehabilitación implanto-protésica de los pacientes”. La misma estuvo dirigida a odontólogos generales y a especialistas.

"Junto a un colega, Santiago Noste, especialista en implantes, venimos ocupándonos de este tema que ya hemos dictado en varias ocasiones, mientras que yo me ocupo de la ortodoncia. Por eso trabajamos en forma interdisciplinaria. La ciencia y la tecnología nos brindan la posibilidad de hacerlo de ese modo que se ha transformado en todas las disciplinas como el paradigma impuesto", dijo el especialista en diálogo con Rosario3.

Y agregó: "Nosotros trabajamos de este modo con nuestros pacientes y, en el curso que damos en el Colegio, lo que hacemos es volcar a los colegas nuestra nutrida experiencia".

Un trabajo en equipo

En tal sentido, Guglielmetti sostuvo: “Yo enderezo los dientes y, el doctor Noste, repone las piezas dentarias que faltan, ya sea porque fue necesario extraerlo o por otras causas". Sucede que la raíz del diente está unida al hueso por un ligamento, lo que le permite al diente cierta movilidad con la que reabsorbe fuerzas de distinto tipo. Pero, cuando se repone un diente con un implante, éste carece de ligamento, ya que el implante va soldado al hueso.

Por este motivo si la persona tiene “una mordida defectuosa”, es decir una mala oclusión, la fuerza que esa pieza hace no será la correcta, por lo cual todo el trabajo del implante puede fracasar. Es por ello que resulta fundamental resolver la mordida, dotar al paciente de un plano de mordida ordenado para favorecer el buen funcionamiento de la articulación témporo-mandibular, ofreciendo un mejor terreno para la pieza a implantar, aportando al buen funcionamiento general que repercute en la salud general del paciente.

La situación en la adolescencia

En conclusión, la ortodoncia prepara el terreno para que, luego, el implantólogo termine de hacer el trabajo correcto. Además, en el curso, "nosotros mostramos 12 casos de jóvenes adolescentes, entre 14 y 18 años a los que no se les formaron los dientes de adelante, sobre todo los incisivos laterales por lo que se denomina agenesia".

Por tal motivo, los especialistas sostienen que los adolescentes deben rehabilitarse. No hace falta esperar a la adultez para hacerlo, con lo que le evitamos pasar por cuestiones que puedan menoscabar su estima. "En los 12 casos que mostramos, los mismos fueron resueltos con implantes, luego de un trabajo de ortodoncia. Les ofrecemos que puedan pasar una adolescencia armoniosa”, detalló el experto.

Hoy, la ortondoncia autoligable, con técnica nuevas como el uso de alambres termo activados, permiten hacer trabajos en cortos períodos de tiempo que van entre seis a ocho sesiones. El trabajo lo concluye el implantólogo con la colocación del implante, el que luego lleva entre tres a seis meses en que el hueso termina de integrarse. "El trabajo en conjunto de ortodoncista e implantólogo, nos asegura el éxito del tratamiento. Y, el paciente, debe entender que la rehabilitación lleva su tiempo", concluyó Guglielmetti. 

*Eduardo Guglielmetti, odontólogo, especialista en ortodoncia, matrícula 2430/02