En música, como en un idioma, existe una estructura que es universal. Así lo aseguran en la revista Science un grupo de investigadores liderados por Samuel Mehr, pedagogo de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). Los científicos estudiaron la música de más de 300 sociedades tradicionales del mundo, desde los wolofs de África occidental, los guaraníes de Suramérica y los pueblos agrícolas de Corea del Sur, hasta los escoceses de las Tierras Altas, tal como publica elespectador.

Utilizando el método de componentes principales, la información y cada canción se dividieron en varios parámetros. Los tres más significativos fueron la capacidad de despertar emociones en el oyente, la religiosidad y la formalidad. Según estos factores, se caracterizaron las canciones de cada cultura distribuyéndolas en un espacio tridimensional.

Uno de los hallazgos más sorprendentes, explica Mehr, es que en contextos similares se implementan canciones parecidas en todo el planeta. Es decir, hay patrones universales.

La música y las emociones

Dependiendo de la cultura, la música puede sonar de manera diferente. Por supuesto, esto depende en gran medida de los instrumentos que se usan y distribuyen, así como de su contexto, es decir, para lo que la canción se graba e interpreta. Por ejemplo, canciones militares, de cuna o funerarias.

Al mismo tiempo, dependiendo del contexto, en la música todavía se pueden rastrear algunos motivos similares. Por ejemplo, las canciones de cuna deben ser relajantes, no muy fuertes y ligeras, de lo contrario no cumplirán su tarea.

Esta similitud es comprensible, en primer lugar, la música está diseñada para evocar ciertas emociones. Éstas, a su vez, incluso si se manifiestan de manera diferente según la cultura, siguen siendo muy similares en su base psicológica. Debido a esto, se puede suponer que la música es culturalmente universal (al menos en algunos de sus aspectos), pero esta idea, aunque expresada repetidamente, aún no se ha verificado empíricamente.

El nuevo estudio

Para averiguarlo, científicos bajo el liderazgo de Samuel Mehr de la Universidad de Harvard decidieron analizar el corpus etnográfico con documentos que describen la vida de representantes de 315 culturas. Ellos descubrieron que, aparentemente, cada cultura tiene palabras como “música” y “canto”, lo que significa que la música existe en todas las sociedades.

Luego, los científicos recolectaron dos conjuntos de datos como parte de su proyecto de Historia Natural de las Canciones. El primer conjunto de datos es una discografía que consta de 118 canciones de autoría de 86 culturas que viven en 30 regiones geográficas diferentes

Los científicos se centraron en canciones de baile, curación y de cuna, así como canciones de amor. Para cada composición, había información disponible sobre los parámetros físicos del sonido y las características estructurales (por ejemplo, el tono y los intervalos principales utilizados), así como una evaluación de la melodía dada por un músico profesional y varios oyentes.

El segundo conjunto de datos es un gran compendio etnográfico que contiene información sobre la música de 60 culturas de 30 regiones geográficas diferentes. El caso contiene más de cinco mil textos antropológicos y etnomusicológicos, de los cuales dos mil son letras traducidas al inglés, y el resto es una descripción de la interpretación de las canciones y su análisis.

El lenguaje universal de las emociones 

Aparentemente, la universalidad de la música como lenguaje se explica por el efecto psicológico que ejerce, o más bien, por la percepción del sonido y el tipo de emoción que deberían causar los parámetros elegidos para ello.

Los conjuntos de datos recopilados están disponibles públicamente en el sitio web oficial del proyecto. Ambos conjuntos de datos también están disponibles en forma de gráficos interactivos en los que incluso se puede escuchar la música recopilada. Además, también puede pasar una prueba para determinar el contexto de la música utilizada en el trabajo.

Fuente: elespectador