Familias con hijos e hijas con dislexia pidieron que se capacite a docentes sobre esta dificultad neurobiológica, concientizar en las aulas y a la sociedad, además de ampliar el acceso a psicopedagogas neurocognitivas para poder detectarla a tiempo, en la víspera del Día internacional de la Dislexia.

"El sistema educativo no está haciendo demasiado, la ley existe y muchas provincias adhirieron, pero los docentes no saben qué hacer si tienen alumnos con dislexia, porque no hay capacitaciones", dijo a Télam Leticia Altuna, de la asociación civil Dislexia Buenos Aires.

Altuna, que es madre de un niño que tiene esta dificultad neurobiológica, señaló que "el problema más grande es que no hay políticas públicas que hablen del tema y no se visibiliza; si bien la ley estipula que en la primera semana de octubre se debe hablar de dislexia en los colegios".

La ley 27.306 de 2016 declara de Interés Nacional el abordaje integral e interdisciplinario para quienes presentan Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEA) y dispone como objetivo prioritario "garantizar el derecho a la educación de los niños, niñas, adolescentes y adultos que presentan DEA".

A su vez, la normativa declara de interés nacional el abordaje integral e interdisciplinario de la formación profesional en su detección temprana, diagnóstico y tratamiento; su difusión y el acceso a las prestaciones.

En su artículo tercero, se detalla que se trata de "alteraciones de base neurobiológica, que afectan a los procesos cognitivos relacionados con el lenguaje, la lectura, la escritura y/o el cálculo matemático, con implicaciones significativas, leves, moderadas o graves en el ámbito escolar".

Altuna explicó que "si un chico es diagnosticado a tiempo, en primer grado, se lo puede llevar a una psicopedagoga que los entrena y cuando termina la primaria ya tiene su dislexia nivelada y no lo perjudica en nada, pero como es una dificultad invisible, porque físicamente no tiene ningún rasgo, se hace difícil detectarlo".

En representación de familias con niñas y niños con DEA, Altuna comentó que se necesita "facilitar y flexibilizar al sistema de salud también para que se reintegre a los psicopedagogos neurocognitivos que no están en cartillas de obras sociales porque muchos no son especialistas y diagnostican mal".

"A mi hijo se lo detectaron recién a los 10 años, las psicopedagogas me decían que era emocional porque era hijo único y yo una madre ansiosa, pero él no podía leer ni escribir; tuvo que viajar a 100 kilómetros, lejos de donde vivo, y pagar para acceder a un tratamiento, pero no todos pueden abordarlo", explicó.

Si esta dificultad no se visibiliza, no solo no es posible garantizar el derecho a la educación de quienes la padecen sino que también atraviesan estigmatizaciones sociales.

"Mateo no podía leer los gustos de los helados o jugar al tuti fruti, no podía mandar textos y mandaba audios pero lo cargaban y luego empezó a dictarle al teléfono para que le escribiera y en pandemia se manejó muy bien porque leía en el iPad y las clases eran todas orales por zoom", contó la mujer.

Desde la asociación civil Dislexia Buenos Aires, capacitan y ofrecen talleres de concientización sobre dislexia a docentes y familias y este año invitan a través de sus redes sociales en Facebook e Instagram a participar de una charla virtual, bajo el título "Qué ves cuando me ves".