Con un escrito de 35 páginas, el corredor de granos rosarino Sebastián Grimaldi apeló el lunes pasado su procesamiento como jefe de una asociación ilícita que le dictó el juez federal de Bell Ville Sergio Pinto tras las denuncia de productores afectados por el default de mil millones de pesos del grupo cerealero que presidía. Su defensa se basó en plantear la “incompetencia federal” de los delitos de estafa y defraudación que le adjudican los acreedores, y este viernes el magistrado aceptó la apelación pasando la causa a la Cámara de Córdoba, que recién estará en condiciones de resolver el caso el año que viene.

En tanto, trascendió en las últimas horas la versión de que la Sindicatura de la quiebra que le decretó el juez provincial de Marcos Juárez, Edgard Aliaga, al acopio Leones Agropecuaria, asociado a la corredora Sebasitán Grimaldi SA, evalúa extender la quiebra a a ese corretaje.

Pero estos no son los dos únicos frentes abiertos que tiene el corredor, que porta una de los apellidos de más tradición y prosapia en el comercio de granos de la ciudad y cuya empresa estaba entre las más pujantes del mercado hasta que derrapó en diciembre de 2018. Es que ahora se le abrió también una causa penal en Santa Fe que lo enfrenta contra la principal agroexportadora del planeta. Se trata de Cargill, que esta semana lo denunció en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) por estafa y defraudación, entre otros delitos.

La historia comienza con un millonario préstamo (5 contratos por 1 millón de dólares y 6 millones de pesos) que Cargill presentó para validar en la convocatoria de acreedores que la corredora Sebastián Grimaldi SA tramita en el juzgado civil y comercial número 10 de Rosario. Pero resulta que esos créditos fueron rechazados por la Sindicatura del concurso, que afirmó que esa deuda era del acopio Leones Agropecuaria, propiedad -en los papeles- del vicepresidente de la corredora, Eduardo Nanini, y de la contadora cordobesa María de los Ángeles Cavallero. En rigor, la Sindicatura del concurso avaló una ínfima parte de los créditos presentados por granos impagos contra la corredora ya que el comprador en los papeles era el acopio cordobés, por más que los acreedores sostienen que eran dos eslabones del mismo grupo económico en el que quien tomaba las decisiones era Sebastián Grimaldi.

Luego de que le rechazara el crédito, Cargill -representado por el abogado Froilán Ravena- mostró garantías de esos contratos firmadas por Sebastián Grimaldi en los días previos al derrape. Pero la defensa de Grimaldi, que maneja el estudio Romera, Ongay, Romano, Castellani y Figueroa Casas, sostiene que esas firmas que muestra la agroexportadora son apócrifas. Y para probarlo presentó el análisis de un experto perito caligráfico local Martín Welker que aseguró que esa garantía sería nula porque no es la firma de Grimaldi.

El tema es que Cargill no presentó documentación que respalde la veracidad de la firma, pero tampoco el juez de la convocatoria, Carlos Cadierno, se expidió sobre el tema, y por eso la multinacional no logró que le validen el crédito impago.

Fue así que ahora Cargill presentó la denuncia penal argumentando que existe una “convivencia defraudatoria directa” entre Grimaldi y la Sindicatura, a cargo de Aníbal Campagnucci, de la que también sostienen mostró no estar para nada a la altura de los acontecimientos. Es más, denuncian al síndico por incumplimiento de deberes de funcionario público. Y es más, amparándose en la firma del análisis de otra experta perito caligráfico, como es Gabriela Tudela, hasta denuncian la complicidad de Walker, a quien piden que se lo investigue por falso testimonio.

¿Es la firma o no es la firma de Grimaldi? La Justicia deberá dirimirlo. Y no sólo a Cargill le interesa el resultado sino que el otro peso pesado mundial de trader cerelaero, como es la china Cofco, también tiene créditos a Leones Agropecuaria garantizados con la firma de Sebastián Grimaldi que quiere cobrar.