Existe casi un convencimiento de que el partido de Central frente a Gimnasia del fin de semana pasado fue de lo mejor del equipo en el torneo, pero la endeblez del rival relativiza esa sentencia. Por la envergadura de los oponentes, la rivalidad y la importancia de los cruces, el primer tiempo frente a Boca y la segunda parte contra Newell’s fueron muy superiores, conceptualmente, al partido con Gimnasia. En esos choques Central tuvo momentos de muy buen rendimiento superiores al encuentro en La Plata, donde el equipo local fue un convidado de piedra a una fiesta (entre comillas) de otro. En el Bosque no hubo equivalencias. Allí Central hizo lo que tenía que hacer. Y ese fue el mérito.

Mañana será muy diferente, Central tendrá una prueba a la altura de su status. Frente a River, por encima del presente millonario, aunque el jueves elevó la puntería con la clasificación a las semifinales de la Copa Argentina, pero que no es el mejor River que se podía imaginar a esta altura del campeonato, el equipo de Holan tendrá una prueba de esas que sirven para sacarle punta al lápiz. Un test de primer nivel que, seguramente, servirá para sacar conclusiones de cara a un futuro cercano en el que el margen de error se achicará a la mínima expresión. El tropezón más pequeño puede ser determinante en los playoffs. En esta fase de grupos, las equivocaciones todavía pueden amortizarse.

Por ejemplo, pocos equipos podrán atacar a Central en el Gigante como River. Será una buena prueba entonces para empezar a convivir con la ausencia de Carlos Quintana, con quien no contará en las etapas definitorias del torneo Clausura.

En ese punto, que no esté Salas por suspensión es una buena noticia para el partido, pero quizás no para el futuro. Hubiera sido muy útil ver a Mallo y a Komar lidiar con la potencia del ex delantero de Racing.

River vuelve al Gigante, pero esta vez sin su público (River Plate)

¿Un volante central o dos? Otro ítem que, si bien tuvo respuestas sólo con Ibarra en los últimos partidos, puede permitir sacar más conclusiones dependiendo del rival que se enfrente y el escenario donde se juegue.
Pareciera que la nueva posición de Angelito Di María llegó para quedarse, pero no está mal testear cuán rigurosa y/o efectiva puede ser la marca sobre la estrella canalla en un partido importante. Es inverosímil suponer que Gallardo no tomará precauciones en ese sector de la cancha. Sería un grave error.

Y a partir de los resultados de esa experiencia, barajar opciones: con Duarte, con Santi López, con Copetti, con uno solo de ellos

Central tendrá ante el River de Gallardo una prueba a la altura de su status

También puede pasar que uno de los dos equipos, o los dos, tengan una noche olvidable y el partido vaya a la papelera de reciclaje porque de tan flojo no permita sacar conclusiones. En el fútbol todo puede pasar.
Central-River tranquilamente podría ser la final del campeonato. Y además se juegan la punta de la tabla general que clasifica a la Copa Libertadores del año que viene.

Será un partido que pondrá en juego la supremacía del año, al menos temporariamente. Esa exigencia que genera la tabla de todo el año, también es un buen elemento para evaluar el comportamiento del equipo bajo presión.

Curiosamente, el resultado no será lo más importante. El desarrollo del juego es el que dejará la mayor cantidad de mensajes de cara a un futuro cercano, en el que no podrán ni pestañear porque pueden quedarse afuera.