Rosario Central quedó eliminado este jueves de la Copa Argentina al caer por penales frente a Quilmes en el estadio de Belgrano de Córdoba. Igualó 1-1 en los 90 minutos por los 16 avos de final y cayó en la definición 4-2 desde los doce pasos. Ahora, el cervecero se cruzará con Deportivo Madryn. 

El equipo de Carlos Tevez realizó una de sus peores producciones desde su arribo al club. Cometió errores impensados y en gran número, pero Quilmes apenas le marcó un gol. Eso le dio esperanza al canalla, que a pesar de no generar peligro sobre el arco rival siempre estuvo a tiro del partido. 

Para este partido, Carlos Tevez ensayó un equipo muy distinto del que perdió el lunes pasado por la Liga Profesional. De todos modos, sin Montoya ni Malcorra lesionados, más la ausencia de Blanco, vendido al Elche, no encontró reemplazos de jerarquía.

Ante tantas lesiones y bajas, el técnico convocó a cuatro juveniles de reserva que estuvieron en el banco de suplentes: Fernando Rodríguez (21 años), Ramiro Peralta (19), Juan Cruz Cerrudo (18) y Fabricio Oviedo (18). Y a la mayoría los hizo debutar obligado por las circunstancias.

De todos modos, el equipo tuvo fallos infantiles y no terminó perdiendo por goleada solo por la impericia de los delantero de Quilmes. 

A pocos minutos del final, Central encontró un penal casi de la nada. Juan Cruz Cerrudo, el chico que había debutado pocos minutos antes, se metió en el área, intentó una gambeta y Agustín Bindella le cometió infracción.

Gaspar Servio puso el empate a tres minutos del final y le entregó un rato de alivio a los miles de hinchas canallas que se movilizaron hasta Córdoba. 

De cualquier manera, no habría milagro. En la definición por penales, fallaron Facundo Almada y Juan Gabriel Rodríguez, lo que le permitió a Quilmes quedarse con la victoria. 

Central decepcionó, ya no solo por la derrota sino por haber potenciado su declive futbolístico. Tras la caída ante Central Córdoba de Santiago en Rosario los hinchas esperaban un equipo con rebeldía, que nunca apareció.