Desde temprano, algo flota en el aire del Parque Independencia. No es la niebla, presente desde la madrugada, ni el humo de los choripanes que brota de los puestos callejeros por toda Pellegrini. También están, pero lo que se siente y todavía no se ve, pero se puede imaginar, es otra cosa. Es 24 de junio y Maxi Rodríguez, el último gran ídolo de Newell’s, tiene su fiesta homenaje en el Coloso Marcelo Bielsa. Hasta el calendario le hizo un guiño: un día como hoy, hace 17 años, terminó de enamorar a toda Argentina con el inolvidable zapatazo contra México en el Mundial de Alemania.

El reloj marca las 16 del sábado y los alrededores del estadio de Newell’s son un hormiguero de gente. Faltan algunos minutos para que abran las puertas, pero la expectativa y la ansiedad son tan grandes que muchos, miles, llegaron temprano. Algunos matan la espera comiendo semillitas, otros hacen circular el fernet en botellas cortadas y las latas de cerveza. Los temas de charla se multiplican. Hay análisis sesudos y todavía en caliente del empate con polémica arbitral ante Huracán en Parque Patricios del viernes a la noche. Unos cuantos ya dieron vuelta la página o cambiaron el chip. Hoy todo pasa por Maxi, dicen.

Con un chori en la mano derecha, llena de grasa, Pablo se abre paso entre las camisetas de un puesto callejero, averiguando precios y modelos. “Van de los 5 mil a los 8 mil pesos”, le responde un vendedor. Hay de Argentina y de Newell’s, con motivos referidos a la Fiera y a varios hitos del club. “Se está vendiendo un montón”, aseguran, sonrientes.

El posible comprador anda con una remera negra de mangas cortas con la inscripción “Filial Gabriel Heinze. Puerto Madryn”. Cuenta que está recién llegado a la ciudad después de un vuelo de Trelew a Aeroparque, y del traslado por tierra en un colectivo hasta la Cuna de la Bandera. Vino con su esposa y su hija, exclusivamente para el homenaje de Maxi. “Siempre que puedo, estoy. Hoy no podía faltar”, dice. 

Tras la espera, las puertas del Coloso se abrieron apenas pasadas las 16. (Alan Monzón/Rosario3)

A pocos metros, cruzando Lagos en dirección al cementerio, una veintena de chicos con la camiseta del club El Torito corren y juegan con una pelota. Germán, el presidente de la institución donde dio sus primeros pasos Ángel Di María, explica que fueron invitados por la Municipalidad a través de la Fiera y la organización, al igual que los clubes Grandoli y 6 de Mayo, los de los comienzos de otros dos campeones del mundo rosarinos modelo 2022: Lionel Messi y Ángel Correa. ¿Estará el capitán de la selección en el Coloso? A esa hora, casi nadie lo sabe además de su círculo íntimo y el homenajeado. Los chicos quieren saber, además, si vendrá Fideo.

Unos 45 minutos después, el micro que lleva a los invitados cruza el portón del playón de estacionamiento y se detiene a pocos metros del ingreso al vestuario ubicado debajo de la platea doble que da al Museo Histórico. Se observan las primeras caras. Tras el asado en un hotel de Puerto Norte, ahora se viene el partido de fútbol y el reencuentro dentro de la cancha. Batistuta bromea con Pablo Granados en el piso bajo del colectivo. Después, empiezan a bajar en fila india figuras como el Burrito Ortega (uno de los más ovacionados de la noche), David Trezeguet, el Tata Martino, Lionel Scaloni, Javier Saviola y Ángel Di María, entre muchas (pero muchas) otras.

Ortega, de los más ovacionados, bajó del colectivo junto a Sorín. (Alan Monzón/Rosario3)

Eso que flotaba en el aire más temprano persiste, aunque se transforma. La tensa calma y la ansiedad ahora son euforia absoluta. El estadio parece que se viene abajo a cada rato porque una cámara intrusa dentro del vestuario transmite a las pantallas de las tribunas toda la intimidad. Hay charlas, sonrisas y abrazos. Sin las presiones de un Mundial o la definición de un campeonato, el de esta noche es un partido entre amigos y colegas, con algún que otro infiltrado del mundo artístico como la Sole, el actor y modelo Cristian Sancho y los humoristas Pachu Peña, Pablo Granados y Jero Freixas.

El final del primer segmento musical –con Los Totora y el Mono de Kapanga haciendo delirar a los hinchas con un par de hits del cancionero leproso– abrió paso a la presentación de los invitados y al comienzo de los momentos de mayor emoción. El Burrito Ortega, campeón con la Lepra en 2004, y el Tata Martino, técnico del campeón 2013 y también ganador de títulos como jugador del club, se llevaron las ovaciones más grandes, aunque hubo reconocimiento y aplausos para todos, incluso para Ángel Di María, reconocido hincha de Central y surgido en el club de Arroyito. Hubo varios “fideeeeo, fideeeeo” a lo largo de la noche y también cantos para Lionel Scaloni, porque los hinchas no se olvidan de Qatar.

En pequeños grupos, de acuerdo a la lista que confeccionó Maxi, van saliendo: campeones leprosos del 2004 y el 2013, compañeros de selección en el Mundial 2014, históricos de la selección y rojinegros. Hay un gesto que no pasa inadvertido: cuando entran los campeones del mundo en Qatar, Scaloni abraza a Di María y lo acompaña durante toda la caminata.

Scaloni abrazó a Di María cuando entraron al Coloso. (Alan Monzón/Rosario3)

A las 19 en punto ya todos habían sido presentados menos dos, el homenajeado y la visita más esperada por muchos, pero no confirmada. Con la Fiera para el final, la sorpresa para las 40 mil almas presentes fue el anuncio de que Lionel Messi, quien este sábado cumplió 36 años, estaba en el vestuario. El Coloso explotó. “De la zona sur de Rosario, con los colores rojinegros, llega al Coloso para festejar su cumpleaños”, dijeron los presentadores del evento cuando la cámara tomó a Leo preparándose para entrar.

Los que siguieron fueron momentos de locura absoluta. Los hinchas cantaron “que de la mano, de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”, el pegadizo “tiene Lepra, Messi tiene Lepra” y, como no podía ser de otra manera, el feliz cumpleaños. El 10, con una expresión casi hasta de timidez, asomó por el túnel, caminó por la alfombra hasta el medio, saludó con las manos en alto y se acopló al resto de los invitados. Después, cruzó algunas palabras con la televisión.

Maxi todavía no había entrado a la cancha, solo faltaba él. El Coloso completamente a oscuras y el comienzo de un video anticiparon su salida: tras mostrarlo preparando sus cosas y los botines en casa para ir al estadio, la secuencia terminó con un primer plano de la Fiera en el vestuario, ahora sí, lista para aparecer en escena. Otra vez, la euforia y la locura tomaron el control. Saluda y agradece, pero más de 40 mil almas lo tapan al grito de “dale campeón”.

“Quiero que sea una noche soñada e inolvidable. No voy a hablar más para no llorar, voy a disfrutar con mis amigos y mi familia, gracias a todo el pueblo leproso y a todos los que aman el fútbol”, dijo MR11 con la voz quebrada, al borde de las lágrimas. Pero para eso tenía tiempo, primero había que jugar a la pelota.

La Sole interpretó el himno nacional, acompañada por una armónica, y también emocionó. La fiesta leprosa volvió a ser de Argentina, al menos por un rato, aunque los hinchas, después, le siguieron cantando a Messi: “Y ya lo vé, y ya lo vé, esta es tu casa, podés volver”. Como era lógico, la presencia del capitán de la selección eclipsa un poco la figura de Maxi.

Maxi se despidió jugando con Leo Messi en el Coloso. (Alan Monzón/Rosario3)

El partido fue un show. El equipo argentino salió con Andújar, Sorín, Milito, Scaloni, Cambiasso, Gago, Maxi, Saviola, Di María y Messi para jugar el primer tiempo. Del otro lado, un combinado rojinegro con Villar, Sensini, Heinze, Vella, Aurelio, Mateo, Pérez, Marino, Ortega, Trezeguet y Batistuta. El fútbol dejó algunas perlitas: el primer gol de la noche lo hizo Messi, de tiro libre, el Bati convirtió de penal en el arco que da al Palomar, Pomelo Mateo metió como siempre, Ortega jamás perderá la calidad, y Di María y Scaloni fueron ovacionados, otra vez.

Si alguna emoción más le faltaba a la fiesta, Benjamín Agüero, el hijo del Kun (no pudo estar), le entregó a Maxi una camiseta leprosa que usó Diego Maradona, su abuelo, en su etapa como futbolista rojinegro. También estuvo Claudia Villafañe, la ex esposa del 10.

En su noche de gala, la Fiera se dio todos los gustos. En el segundo tiempo, ya con la camiseta rojinegra, entraron sus hijas, Alma y Aitana, para jugar un rato con su papá en el Coloso. El final fue a pura lágrima, con un video que le aflojó las piernas y las entrañas, con su mamá, Claudia, su abuela y sus hijas hablándole. 

Maxi con sus dos hijas, Alma y Aitana. (Alan Monzón/Rosario3)

Cuando frenó la pelota, Maxi habló a corazón abierto, emocionado y, por sobre todo, agradecido. “Creo que no es ni soñado porque nunca imaginé todo esto, este recuerdo me lo llevo en el corazón para siempre. El esfuerzo que hicieron para estar no tiene precio. Hoy se hizo un cambio importante, quiero agradecerle a las 40 mil almas por el respeto que tuvieron con dos personas especialmente, el Pocho y Fideo, gracias a los dos”, dijo sobre el buen trato que recibieron los dos canallas en el Coloso.

También le dedicó unas palabras a Messi: “Le agradezco a Leo por haber venido acá el día de su cumpleaños, es una locura, tener amigos así es lo más lindo de la vida. No alcanzan las palabras para decir lo feliz que estoy, se me hace difícil hablar, quiero remarcar el cariño que me dan. No sé si lo merezco”.

Con la cara llena de lágrimas, entregado al amor de miles, fue llevado en andas por sus amigos y ex compañeros. Dio una vuelta por toda la cancha para saludar a cada alma presente. Y recibió el abrazo, el último abrazo, de su gente. “Este es el famoso Maxi que volvió a la Lepra para ser campeón”, lo despidieron con un grito atronador desde los cuatro costados.

La Fiera se fue a lo grande, cobijado por las dos camisetas que más quiere, la de Newell's y la de Argentina. Además, logró algo impensado: tirar paredes con Messi en el patio de su casa y hacer que ovacionen a Di María en el estadio rojinegro, dos muestras de lo que sembró a lo largo de más de 15 años de carrera.

Todos los invitados


Invitados especiales de Maxi: Jero Freixas, Pablo y Pachu, Mariana Larroquette y María Victoria Vivesn (jugadoras de Newell’s), Cristian Sancho, Soledad Pastorutti, Marcelo Tinelli, Luciana Aymar, Ever Banega, David Trezeguet, Santiago Gentiletti, Fabio Aurelio, Diego Quintana, Denis Rodríguez y Martín Posse.

Compañeros de selección Mundial 2014: Fernando Gago, Diego Lavezzi, Martín Demichelis y Mariano Andújar.

Campeones Mundial sub 20 Argentina 2001: Javier Saviola, Nico Burdisso, Leo Ponzio, Fabricio Coloccini, Germán Lux, Andrés D’Alessandro, Mauro Rosales, y los técnicos José Pekerman y Hugo Tocalli.

Campeones Newell’s 2004: Ariel Ortega, Guillermo Marino, Justo Villar, Luciano Vella, Fernando Belluschi y Leandro Fernández.

Históricos de la selección argentina: Gabriel Batistuta, Ricardo Giusti, Gabriel Milito, Esteban Cambiasso, Juan Pablo Sorín.

Históricos de Newell’s: Mauro Formica, Eduardo Berizzo, Roberto Sensini, Mario Zanabria.

Campeones del mundo Qatar 2022: Lionel Scaloni, Leandro Paredes, Ángel Di María. 

Campeones Newell’s 2013: Pablo Pérez, Ignacio Scocco, Lucas Bernardi, Diego Mateo, Gabriel Heinze, Gerardo Martino.

Dirigentes: Claudio Tapia y Alejandro Domínguez, presidentes de AFA y Conmebol