Rosario Central se quedó con la victoria de las Tres G: ganó, gustó y goleó. Es cierto que su rival, Patronato, demostró por qué es uno de los más débiles elencos de la Copa Diego Maradona. Pero no siempre puede plasmarse en el marcador la diferencia de jerarquía. Y el conjunto de Cristian González lo hizo con creces: fue 4-0 en el estreno en la Zona A de la Fase Complementación. 

Los goles del encuentro los anotaron Alan Marinelli -la gran figura de la tardeen dos ocasiones (a los 29 minutos del primer tiempo y a los 19' del segundo); Emiliano Vecchio a los 13' del complemento y Diego Zabala a los 42'.

Rosario Central hizo una muy buena primera etapa: después de un comienzo vacilante, se acomodó y empezó a manejar la pelota gracias a la claridad de Villagra, el buen toque de Vecchio y la movilidad de Alan Marinelli, lejos el más peligroso de los hombres de ofensiva auriazules. 

De hecho, había sido el propio número 7 el que había contado con las ocasiones más claras: a los 9’, Marinelli intentó picarla pero el arquero se lo tapó; a los 11', fue Martínez Dupuy el que casi convierte de cabeza; a los 14', Marinelli exigió a Sappa, que volvió a responder bien; y a los 17', el portero le ganó el mano a mano a Vecchio.

Así, el gol se caía de maduro. Y llegó a los 29' de la manera narrada: pelotazo de Rinaudo y definición de Marinelli ante la salida apurada y desacertada del 1.


Patronato nunca despertó. Y a los 44' volvió a salvarse milagrosamente: Sangiovani metió el centro pasado desde la derecha y Sappa se lo sacó en la línea a Martínez Dupuy.

En el segundo acto, los entrerrianos se adelantaron e inquietaron con algunos centros. A los 4', Vecchio exigió con un tiro libre que el portero rechazó. Pero a los 13', le llegó la revancha al 10: una corrida de Marinelli acabó en las manos del cancerbero visitante, pero el rebote fue largo y Vecchio la empujó al gol. 


Un rato más tarde, en el medio del estupor de los rojinegros, llegó el tercero: a los 19' Marinelli, intratable, penetró en el área por izquierda, remató sin ángulo contra el arquero pero el rebote le quedó a su merced para empezar a sentenciar la historia.


El pleito quedó definido entre el conformismo centralista y la absoluta falta de respuestas de su oponente. Si hubiera acelerado antes, habría llegado al cuarto más prontamente. Recién lo hizo a los 42': el ingresado Mazzaco exigió al pobre Sappa, que dio un rebote alto y le quedó al otro ingresado Diego Zabala para definir sin resistencia. 


Rosario Central lo ganó con justicia y con el marcador acorde a lo que fue el trámite. El encuentro también dejó en claro por qué el Patrón quedó último en la zona F con apenas dos unidades, producto de dos empates contra Vélez y Gimnasia y cuatro derrotas. Sólo pudo marcar un gol: en la derrota por 1-2 ante Huracán y ya hace 480 minutos que no convierte. 

Este que llegó al Gigante es sin dudas uno de los peores conjuntos de la elite en nuestro país. Pero Central no dudó, dejó a su arquero Romero casi sin transpirar y sumó tres puntos importantes en la búsqueda de su identidad (basada en la aparición de juveniles), el gran objetivo que se ha trazado en este final de año.