Buenos Aires/Enviado especial. Tres mesas largas y una más atravesada en un amplio salón del segundo piso del anexo del Congreso de la Nación. Unos cien diputados desplegados en esos tablones como si fuese el cumpleaños de un club de barrio. Pero con trajes, asesores, pantallas gigantes y periodistas y camarógrafos acorralados en el fondo. Camuflados entre ellos, militantes socioambientales que vienen a impulsar una, y sola una, de las iniciativas para que haya, de una vez, una ley que identifique, proteja y ordene qué ocurre en los humedales del país. También están los ganaderos del Delta frente a Rosario, con sus boinas, que vienen a oponerse a esa norma porque temen que les impida producir a futuro.

De acá se escuchan los bombos y los gritos de las organizaciones verdes y políticas que movilizaron frente al edificio del anexo de Diputados. Afuera están los cerca de 40 rosarinos y rosarinas de la Multisectorial por los Humedales y otras organizaciones que salieron temprano de la ciudad y armaron una movida (la continuidad del corte y acampe histórico sobre el puente a Victoria). Llegaron antes de las 9 de este jueves, arrojaron cenizas de las islas sobre calle Riobamba y con el correr de los minutos la manifestación se ensanchó hasta envolver la manzana porteña.

Cuando la sesión conjunta de las tres comisiones que deben analizar los proyectos empezó, a las 10.35, la expectativa era alta. La promesa era que de esta reunión saldría una iniciativa que luego, si todo salía bien, sería votada y convertida en ley. Pero eso no ocurrirá. El plenario pasará a un cuarto intermedio hasta la semana que viene.

De todas formas, el cruce de opiniones de los legisladores, el encontronazo entre los ganaderos y los ambientalistas (incluso con el intendente Pablo Javkin) y otras expresiones dejaron algunas pistas del desafío que se viene.

Foto: Alan Monzón/Rosario3

La advertencia que no funcionó

 

“Nadie puede decir que no sabe de qué se tratan los proyectos de ley de humedales después de una década de debate”, dice Leonardo Grosso, presidente de la comisión de Medio Ambiente en la apertura del plenario de comisiones.

Hace un repaso de las discusiones en torno a la ley. La década perdida. La última vez, en 2020, llegó a avanzar con un consenso de esa comisión pero quedó cajoneada en las otras y perdió estado parlamentario el año pasado. Recuerda que hubo infinidad de debates y que en este tiempo los militantes que piden la ley "hasta vinieron en kayaks remando a Buenos Aires" y suena como un eco del fondo el aplauso de Ivo, uno de los rosarinos de la Multisectorial.

Los encargados de la seguridad se activan y buscan echar a los pibes y pibas con pecheras de la agrupación por los humedales.

–Acá militantes no pueden estar.

–Y los que están con boina allá tampoco son de prensa, eh.

–A ellos los voy a sacar también.

La amenaza no se cumplirá y todos seguirán en la sala. Tampoco se escuchará la advertencia de Grosso porque justamente eso dirá el presidente de la comisión de Agricultura y Ganadería, Ricardo Buryaile, dentro de tres horas.

“Escucho hablar de un proyecto de consenso (por el de Grosso) pero hace cinco meses que presido la Comisión de Agricultura y Ganadería y nunca llegó este proyecto. Tenemos una responsabilidad de estudiar los temas, sería irresponsable tratarlo así a tontas y locas”, dirá como cierre, sobre las 13.30. Y jurará: “Nosotros no respondemos a ningún lobby, ni agroindustrial, ni minero, ni ambiental”. Pedirá el ya mencionado cuarto intermedio para escuchar más actores y “ver las propuestas”.

A esa altura las boinas ganaderas y las pecheras ambientales se habían trenzado en una discusión sobre quién prende fuego y por qué. Los dos decían tener pruebas de lo contrario. La diferencia es que un sector, la Multisectorial, pretendía llevarse hoy un dictamen y el otro, los productores, se oponían. Los segundos parecieron más cerca de su objetivo.

Argumentos cruzados

 

Aunque son diez los proyectos presentados para regular los humedales argentinos (no solo los del Delta que se prenden fuego desde 2020), las posturas generales se resumen en dos. Los voceros de la izquierda, el peronismo y el interbloque federal que incluye al socialismo santafesino alertaron por el “desastre ambiental” que sufre el país y que debe ser regulado de forma urgente. Desde el radicalismo y el PRO afirmaron que cualquier cuidado del medio ambiente debe tener en cuenta las producciones y buscar “un equilibrio” antes de avanzar con restricciones.

En su introducción, Grosso (Frente de Todos) dijo por ejemplo que “el 80% de los humedales del mundo fueron destruidos” y que desde la declaración de Ramsar (que creó una proyección global) en los 70´ “el 30% de lo que quedaba fue destruido” y lo “peor se dio en América Latina, con el 56%”. “No perdamos esta oportunidad", pidió y abrió el juego.

Ximena García, santafesina de la UCR en Juntos y autora de otro de los proyectos con más firmas, se trazó como objetivo hacer “una ley aplicable". Pidió “salir de las posiciones fundamentalistas” y “lograr equilibrar la producción y el medio ambiente”. Marcó cuatro diferencias con la iniciativa que apoyan las ONGs ecologistas: hacer un inventario antes del ordenamiento territorial, ceder el protagonismo a las provincias en esa tarea, dar un plazo de un año después del inventario como moratoria de las actividades productivas y crear un Fondo para subsidiar a productores que deban modificar sus prácticas.

El diputado correntino Jorge Vara enfocó su discurso en la realidad de su provincia: dijo que hay cerca del 40% del territorio podría ser considerado un humedal y que 33 mil propietarios correntinos estarían afectados por la ley. “Los humedales no se terminan en el humedal del Delta”, dijo al mostrar los mapas.

También señaló otro de los intereses en pugna concretos al afirmar que “no hay forma de que haya litio sino hay un humedal” y en tal caso no se podría explotar ese mineral que “el oro del siglo XXII”. “Pongo mi banca en juego: si hay litio hay humedal, nosotros en Corrientes no tenemos problema porque no tenemos litio”, dijo irónico en un mensaje para las provincias del norte.

“Este debate es más importante que el Presupuesto porque es estratégico”

 

Después fue el turno de Graciela Camaño, experimentada legisladora, con un mensaje contundente. “Este es el debate más trascendental, más importante que el Presupuesto nacional, porque es estratégico, el Presupuesto es coyuntural”, delimitó.

La diputada aliada de Estevez en el interbloque se refirió al “mapa de la desertificación de Argentina” y remarcó las áreas en que está “todo marrón y saben por qué: el país tiene el 72% del territorio desertificado y el 30% de los argentinos ya sufren ese proceso.

Mencionó entre las causas de ese proceso el uso del fuego y la ganadería o la deforestación: “El 87% del parque chaqueño ya está deforestado, el peor en la región después de la Amazonas”. “También estamos ante el tercer episodio de La Niña en el siglo, alerta la repitencia, lo que viene es sequía”, agregó.

“Hay un problema, si no tenemos conciencia ambiental vamos a que todo se transforme en algo finito y rápidamente no vamos a defender determinadas producciones porque ya se habrán terminado”, advirtió.

“Tenemos que pensar el desastre ambiental y no las conveniencias. Hay que enseñarles a nuestros empresarios y a los habitantes que tienen que tener conciencia ecológica”, propuso como conducta general.

Si al principio del debate se dijo que la ley de humedales era como un "fantasma" para los sectores productivos, en Camaño apareció el lobby de las presiones económicas al hablar “por ejemplo de la minera la Alumbrera: les digo a los que mandaron cartitas diciendo que esta ley va afectar la producción”.

“La Argentina no es el país al que pueden venir a hacer cualquier cosa y llevarse las riquezas. Nadie puede seguir usando los humedales sin decirnos como lo va a reparar y los dirigentes políticos no debemos mirar para otro lado”, aseguró la peronista federal. Terminó hablando de algo vital: cuidar el agua y oxígeno, de lo contrario el resto no tendrá mucho sentido.

"¡Yo conozco la isla! ¡Bajá un cambio!"

 

Las intervenciones siguieron sin abrir ninguno de los proyectos, ni proponer cambios concretos. Nadie decía qué iniciativa iba a votar, salvo la propia. Y diez leyes de un mismo tema no puede haber. Entonces Romina Del Plá rompió con la monotonía.

“Esta comisión funciona como si fuese algo normal, como si hoy empezara el debate y no. Hay que cambiar un poquito el ritmo. Hoy habría que dictaminar, ¿cuánto mas debate?, si el debate ya se dio. Lo que tienen que decir qué van a dictaminar no han dicho ni una palabra. La mía es como la intervención número 15 y mientras se siguen incendiando los humedales”, provocó la legisladora de la izquierda.

Romina Del Plá, diputada nacional. (Foto: Alan Monzón)

Y agregó: “Sabemos el lobby que están haciendo algunos sectores para darle hachazos a los proyectos, igual que a los desmontes. Que esto sea tan largo nos da sospechas, ¿qué negociaciones se están haciendo que esto no viene rápido? El lobby está en todos lados”.

Pablo Javkin y otros intendentes del Gran Rosario la escuchaban desde la cabecera del debate. Atrás también estaba el concejal de Ciudad Futura Juan Monteverde que viajó “como un militante más”.

Cuando llegó el pedido de cuarto intermedio, todos se mezclaron y Roberto Sotomayor, uno de los ganaderos más activos, le recriminó a Javkin que no lo había atendido, o que los haya acusado de ser los responsables. El intendente le respondió con paciencia ambas cosas pero el de boina no aflojaba.

–Como van a cambiar la morfología del suelo para agricultura si está prohibido Pablo. Vos tenés que venir a conocer la isla.

–¡Yo conozco la isla! ¡Bajá un cambio! Desde 2002 que era concejal y ya estábamos con este tema –lo frenó el intendente.

Los ánimos siguieron encendidos un rato más. De a poco el plenario se fue vaciando. Afuera los militantes empezaron a desmovilizar. Tendrán que volver el jueves que viene. “Si no hay dictamen estaremos en la calle”, resumieron a Rosario3 antes de volver a la ciudad.