Fueron  muchos años los que tuvo que esperar esta madre correntina hasta localizar el cuerpop de su hijo. Gabino Ruíz Díaz, tenía solo 19 años cuando emprendió su viaje a Malvinas, con incertidumbre y desconfianza pero con muchas ganas de defender a la patria. Para ella, este 2 de abril no solo se cumple un nuevo aniversario del Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas. Elma Pelozo, celebra que tras una larga lucha, hace un año pudo reencontrarse con su hijo y darle un cierre a este ciclo: "Hasta que no me dijeron que era su cuerpo tenía esperanzas de que esté vivo".

La travesía que la reencontró con su hijo caído en la guerra de Malvinas y le permitió dejar una flor en su tumba tuvo lugar el 4 de marzo del 2020. La mujer de 81 años tiene problemas de salud y está en silla de ruedas porque tiene las piernas amputadas producto de su diabetes. Sin embargo, gracias a la ayuda de muchos y el empeño de otros tantos, su deseo se concretó.

Gabino ‘Cambacito’ Ruíz Díaz nació en San Roque, Corrientes al igual que sus cinco hermanos. Se desempeñaba como soldado del Regimiento N° 12 de Mercedes cuando fue a la guerra. Según el relato de sus compañeros, murió el 28 de mayo de 1982 en la batalla de Pradera del Ganso. 

El 2 de abril tiene un sabor amargo para todos los argentinos. Hasta el día de hoy  existen preguntas sin respuestas. Hace 39 años, el 2 de abril de 1982, la República Argentina desembarcó en las Islas Malvinas. La guerra duró 74 días, hasta el 14 de junio, día de la rendición argentina, luego de intensas batallas por tierra, aire y ma

"Estas fechas las vivo siempre con mucha tristeza, pero me gusta contar la histotia de mi guerrero. Me decía 'si no vuelvo no vaya a llorar, que yo juré con mi patria, yo me voy contento'", relató Elma a Rosario3, en una llamada que duró más de media hora. Con su tonada correntina detalló cada momento vivido, cada día de tristeza, cada viaje a las islas sin una respuesta. El recuerdo de su hijo vive latente y no para de recordarlo con una sonrisa tímida que se nota a través del teléfono.

"Era un chiquito de 19 años que escuchaba, me respetaba y amaba a su patria. Hoy le digo a los chicos que tienen esa edad que respeten a sus padres, a sus abuelos, que no pierdan la diversión y que la guerra en todas sus magnitudes nunca conviene, porque de ella no volvió mi hijo", expresó.

Julio Aro preside la Fundación No Me Olvides, conformada por veteranos de la guerra y madres de los soldados caídos, y encabezó la colecta de fondos para el viaje de ese entonces. Fue el hombre que acompaño a Elma y quién ella define como su ángel y uno de sus hijos. 

Elma tenía ganas de ver a su hijo. Pudo viajar en el '97 pero aún no estaban identificadas las tumbas. De hecho, lo buscó por todos lados y no lo encontró, entonces eligió una cruz simbólica donde creer que estaban los restos de Gabino. Ella ahora sabe que el cuerpo está ahí, estuvo ahí y nunca se lo va a olvidado. Ese día le dejó una flor y le rezó una oración.



"No hay explicación para lo que vivimos, al parecer todavía no se reconocieron algunos chicos que estuvieron con mi hijo, es una deuda enorme", explicó la mujer sobre los restos enterrados en el cementerio de Darwin que aún no han podido ser identificados.

Hasta el día de hoy, la Organización de las Naciones Unidas continúa considerando los tres archipiélagos con sus aguas circundantes como territorios disputados.