El oficial Gonzalo Arellano salió por televisión vestido con su uniforme del Servicio Penitenciario de Santa Fe (SP). Brindó una nota en América 24 en donde denunció la existencia de corrupción, tráfico de drogas y celulares y hostigamiento hacia internos y personal en las cárceles de la provincia. De licencia psiquiátrica desde 2021, el agente prestó declaración ante la Justicia sobre las irregularidades en el sistema carcelario, que son de tal gravedad que generaron que, ayer, en la Cámara de Diputados se vote el pedido de citación al titular de la repartición, Walter Gálvez.

A la superpoblación de presos y presas, las condiciones infrahumanas detectadas y denunciadas en múltiples ocasiones por funcionarios y organismos que trabajan en las unidades penitenciarias, la declaración de Arellano le suma una voz desde las entrañas mismas del Servicio Penitenciario y una consideración atendible: el hostigamiento que sufren los internos también es padecido por los agentes provinciales. A partir de sus palabras, queda claro que detrás de las rejas, manda el delito y quienes intentan separarse, o tienen el valor de hacerlo visible, pueden pagarlo caro.

"Hoy no puedo volver al Servicio Penitenciario, temo por mi vida, los integrantes de mi familia, mi pareja, mis hermanos que son funcionarios del SP. Mis compañeros no se animan a hablar. En el sistema se impone el miedo y el miedo los bloquea. Puedo sufrir todo tipo de represalia por quienes son responsables del sistema, de llevar adelante las líneas del Servicio Penitenciario, para que funcione como se debe. Esto implica hasta perder la vida", señaló en el programa televisivo.

Este viernes, Arellano se animó a hablar en Radiópolis (Radio 2) sobre lo recientemente expuesto ante Fiscalía. “Los empleados venimos exponiendo hace rato esta inquietud, siempre intentamos buscarle la solución, pero nunca la encontramos ni nos dieron respuestas las autoridades”, comenzó su relato y resumió el escenario imperante: “Hay un sinfín de faltas e irregularidades que hacen que la función diaria se complique”.

El oficial se refirió a la denominada “mini pyme ilegal” dentro de las cárceles que desarrolla “un sinfín de tareas diarias en los pabellones que repercuten en toda la población penal”. No es un eufemismo, advirtió, sino la forma en que denominan a la dinámica de corrupción en la que se venden y compran desde favores y privilegios, hasta drogas y teléfonos.

Luego, mencionó la “famosa colecta del pabellón mensual”, como una de las “funciones” de la “mini pyme”. “Es una colecta que se hace dentro de los pabellones con beneficios para pocos y perjuicios para muchos”, sostuvo y habló de “compañeros que venden celulares que fueron condenados”.

“En el trabajo se ven muchas cosas de las cuales muchos compañeros no pueden decir nada y otros por decirlo sufren represalias como yo ahora”, continuó y admitió que en los 13 años que se desempeñó como agente la situación de tener que “ver pasar droga y celulares y tener que mirar para otro lado” es constante. “Si decimos algo llegan las represalias de quienes dan rienda suelta a eso”, remarcó y agregó en ese sentido: “Lo ves siempre y no podés pelear contra eso”.

Para el joven, las irregularidades “complican mucho la función, perjudica al personal que está desbordado de tareas, estamos colapsados y muchos terminan con carpeta médica por la situación laboral estresante”. Según aseguró, “hace años perdimos la autoridad, somos personas sin voz ni voto, cuando objetamos es para mejorar la calidad del sistema y mejorar la población, pero si no se mejora arriba, los de abajo no podemos hacer nada”, indicó sobre el rol del SP intramuros.

Debido a su testimonio, el agente siente temor de tener que pagar un costo. “Ese es mi miedo, de hecho esto viene de larga data, desde septiembre de 2020 cuando colapsó mi salud a través de otro hecho paralelo”, observó. “La violencia institucional no solo es hacia los internos sino hacia el personal, venimos exponiendo a las autoridades las condiciones, pero no se nos escucha”, dijo y concluyó: “Nunca fui escuchado en mi causa”.