Este lunes 17 de noviembre comenzó el juicio por la muerte de María de los Ángeles Paris, la bibliotecaria y docente en las escuelas Gurruchaga y Técnica Nº 464 (ex Técnica 2), que el 3 de mayo de 2017 ingresó a la comisaría 10ª de la zona norte de Rosario y no salió con vida. Ocho años y medio después de la confusa muerte de la mujer, cinco policías se sientan en el banquillo para ser juzgados por el hecho por un tribunal compuesto por los jueces Rafael Coria, Florentino Malaponte y Trinidad Chiabrera.
Sobre los imputados –a los que no se pudo fotografiar–, dos de ellos (el comisario Silvio Adrián Cortes y la suboficial Susana Beatriz Domínguez) serán juzgados por homicidio preterintencional, es decir, que tuvieron intención de agredirla y el desenlace fue fatal. En tanto que los agentes que se encontraban junto a ellos en la comisaría, Damián Enrique Zalazar, Silvina Paola Gianotti y Andrea Guadalupe Allovatti), serán juzgados por incumplimiento de deberes de funcionario público.
A punto de ingresar al Centro de Justicia Penal en donde se desarrolla el juicio, la hija de la víctima, Eika Paris, manifestó, en diálogo con Radiópolis (Radio 2): “Por fin, después de 8 años tenemos la posibilidad de juzgar a los 5 policías que estuvieron esa noche, y causaron la muerte de mi mamá por lo que ella hoy no esté acá conmigo”, dijo.
“Tuvimos que hacer una segunda autopsia porque en la primera ni siquiera tenían radiografías, ahí nos enteramos de que tenía costillas quebradas, se constataron lesiones de golpes, muchos golpes”, señaló y advirtió: “Por A o por B mi mamá terminó en esa comisaría y la trataron de una forma inhumana, terminaron esposándola, golpeándola, como lo confirma en un audio el comisario Silvio Cortes, que dice que le dio piñas en la boca y en la panza a mi mamá”.
“Después me tocó ver a mi mamá toda golpeada en fotos y sé que no pudo morir en paz, murió lejos mío, y estas personas son responsables de haberle causado esa muerte tan violenta así que espero que se los juzgue por lo que hicieron esa noche”, remarcó la joven.
El caso
El 3 de mayo de 2017 pasadas las 21, supuestamente, la mujer entró a la seccional de zona norte pidiendo ayuda porque le habían querido robar. Salió de la dependencia con nerviosismo, y los policías la trasladaron nuevamente a la comisaría, donde murió esposada en un episodio confuso que en un primer momento había sido catalogado de salud mental. Pero a partir de varias autopsias, la investigación detectó moretones en distintas partes de su cuerpo.
La hija de la docente fallecida, Érika Salazar, aseguró a este medio en una entrevista sobre el hecho en su quinto aniversario: “Mi familia y yo vimos fotos de mi mamá tendida en el piso de la comisaría, y se veían los golpes en su cuerpo. Fueron las agresiones físicas que le hicieron los policías esa noche. Solicitamos una segunda autopsia y se pudieron constatar”.
La primera pericia no detectaba lesiones violentas, ni tampoco la revisión en la Morgue Judicial de Nación en Buenos Aires. Tras el pedido de la querella, una segunda autopsia se constataron fuertes lesiones, e incluso, ante las sospechas desde la familia sobre la actuación de los médicos forenses, durante unos meses hubo gendarmes custodiando el cuerpo de Paris en la morgue.
Al cumplirse un año del hecho, en mayo de 2018 se conocieron públicamente imágenes de la cámara del hall de la comisaría donde se veía a María de los Ángeles Paris ingresar varias veces, ser atendida por una policía, y también su traslado forzoso anterior a su muerte.
Luego se conocieron públicamente imágenes sensibles donde se observaban moretones en diversas partes de su cuerpo, y que serían registro fílmico de la causa.
El hermano de la docente fallecida, Guillermo Paris, dijo en Radiópolis (Radio 2) sobre el asunto que le parecía "aterrador" que las imágenes se hayan ventilado, las cuales pertenecían al expediente y no fue desde su círculo familiar que se divulgaron. A su vez, destacó sobre el punto de vista de la familia, que desde el principio aseguraba que había sido brutalmente golpeada y ese fue el motivo de su deceso.
Los cinco policías que afrontarán el juicio trabajaban de turno en la comisaría 10ª aquella fatídica noche. Fueron imputados en 2019 en libertad, bajo las calificaciones de homicidio preterintencional, torturas seguidas de muerte, abuso funcional agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público. La fiscal Karina Bartocci, quien llevó adelante la investigación desde el primer año (luego del fiscal Luis Schappa Pietra) estará a cargo de la acusación.
En torno a la calificación de homicidio preterintencional, el abogado de la querella Gustavo Feldman había precisado a Rosario3 cuando se cumplieron cinco años del hecho: “La quisieron domesticar, se les fue la mano y la mataron. Sin lugar a dudas, este es un caso de violencia institucional: compromete la responsabilidad de un Estado y es lo más equiparable a un delito de lesa humanidad”.
La versión policial indicaba que la docente se presentó en la seccional en estado de confusión y nervios a partir de haber sido víctima de un intento de robo de su cartera, y que los efectivos intentaron llevarla a su casa cuando tuvo una crisis nerviosa o un brote psicótico que los llevó a retenerla y llevarla de regreso a la comisaría para calmarla, y que allí falleció por un paro cardiorrespiratorio.



