La muerte de Diego Armando Maradona provocó un profundo dolor en el pueblo futbolero argentino y del mundo entero, pero también desató una feroz batalla judicial para intentar esclarecer las razones y responsabilidades de las personas encargadas de su salud.

A tres año del fallecimiento del ídolo en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, son ocho las personas que irán a juicio oral en la causa que fue caratulada como homicidio simple con dolo eventual, una decisión ratificada por la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro.

Los ocho imputados por el fallecimiento del 10 están acusados de haber cometido “homicidio simple con dolo eventual”, un delito que prevé penas de 8 a 25 años de prisión.

Además del neurocirujano Leopoldo Luque (41) y la psiquiatra Agustina Cosachov (37), los otros seis imputados que tiene la causa son el psicólogo Carlos Ángel "Charly" Díaz (30); la médica coordinadora de la prepaga Swiss Medical, Nancy Edith Forlini (53); el coordinador de enfermeros Mariano Ariel Perroni (41); los enfermeros Dahiana Gisela Madrid (38) y Ricardo Omar Almirón (39); y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna (49).

Luego de meses de investigación, tanto John Broyad, fiscal general de San Isidro, como su equipo de trabajo, consideraron que la atención de los profesionales durante la internación domiciliaria en el country fue "deficiente", "temeraria" e "indiferente".

De esta manera, en un futuro juicio oral, los ocho acusados se enfrentarán a un posible pedido de pena de entre 8 y 25 años de cárcel.

La fecha del juicio oral, avalado por la Sala III de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, todavía no fue definida, pero el Ministerio Público Fiscal pidió que se lleve a cabo pronto. La única certeza, por ahora, es que, según Télam, el tribunal estará conformado por la jueza Verónica Di Tomasso y el magistrado Maximiliano Savarino, mientras que el tercer integrante será definido a través de un sorteo.

Maradona, una de las mayores figuras de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años de un edema pulmonar y una falla cardíaca el 25 de noviembre de 2020 en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba una cuestionada internación domiciliaria por su adicción al alcohol y luego de haber sido sometido a una neurocirugía.

La autopsia estableció que murió como consecuencia de un "edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada" y descubrieron en su corazón una "miocardiopatía dilatada".