El cerealista Sebastián Grimaldi, cuya empresa protagonizó un escandaloso y millonario default en enero de 2019, se llevó en efectivo varios millones de pesos que su empresa pidió y nunca le pagó al banco Macro con el objetivo de pagar a proveedores y clientes. La información se desprende de una investigación que leva adelante en la Unidad Fiscal de Delitos Económicos del Ministerio Público de la Acusación (MPA) que hoy llegó hasta la mutual de empleados del Jockey, entidad por la cuál el empresario descontó millonarios cheques.

De acuerdo a los avances de la causa, en diciembre de 2018 el grupo cerealero que presidía pidió al Macro que le amplíe el giro en descubierto logrando que le habiliten un rojo de 9 millones de pesos.

El empresario -que nunca devolvió el dinero y tampoco hizo frente a las garantías presentadas, según la imputación- siempre aseguró que esos fondos los usó para pagar a sus proveedores, como los productores que le entregaron granos a su acopio.

Pero este jueves los fiscales estuvieron en la sede de la mutual del Jockey Club para recabar información sobre el destino del dinero pedido al banco y allí, en base a los registros que les mostraron, lograron acreditar que Grimaldi se cobró y llevó en efectivo el dinero que había conseguido su empresa.

De los registros de la entidad surge que Grimaldi pidió afiliarse el 12 de septiembre de 2018 a la Mutual del Personal del Jockey Club, que tiene sede en Juan Manuel de Rosas 1630.

Según la reconstrucción que hicieron los fiscales, un día después de que el Banco Macro le acreditara a fin de diciembre los $9M a la cuenta de una de sus empresas, Grimaldi, como presidente de la sociedad, empezó a librar cheques a su nombre que el 4 de enero fue a descontar en la mutual.

Allí logró depositar en su cuenta de ahorro 7 cheques por $3.370.000 llevándose luego el efectivo, según consta en los legajos que la mutual le entregó a los fiscales. Es más, según los testimonios recabados Grimaldi pidió descontar más cheques, pero la entidad no lo habilitó. La mutual, finalmente, cobró los 7 cheques, pero Grimaldi nunca le devolvió el crédito al Banco Macro, y por eso es investigado por estafa.

El descubrimiento de la Fiscalía se suma a otras maniobras del mismo tenor ya comprobadas -como la transferencia del 350 mil dólares a su madre (que usó para la compra de dólares) y otros montos que le envió a gente de su entorno- quedando acreditado así que Grimaldi usó el dinero se llevó el dinero que tomó como deuda su empresa y que, había asegurado, se destinó para intentar frenar la corrida que afrontaba pagándole a sus proveedores.

Más denuncias penales

Con el hallazgo documentado de los fiscales que persiguen delitos económicos, la situación de Grimaldi -ya imputado- se complica. Y como si eso fuera poco, esa semana la síndica del concurso de la cerealera Sebastián Grimaldi SA, Rosalía Taborda, denunció penalmente al titular de la empresa.

En línea con la investigación por estafa que lleva el MPA, la contadora se presentó a la Justicia para “denunciar hechos que conozco por el ejercicio de tal función y que considero que pueden constituir delitos de acción pública”.

A diferencia de otros casos, como Guardati Torti y Vicentin, en el que los síndicos tomaron distancia de las investigaciones penales, Taborda sumó una denuncia contra el empresario, cuyo grupo se encuentra tramitando el concurso ante el Juzgado de 1ª Instancia en lo Civil y Comercial de Distrito de la 15ª Nominación de Rosario. La denuncia también a la madre de Sebastián, y Directora suplente de la firma, Sra. María del Carmen Giesenow, y por el Vicepresidente, Eduardo Héctor Nannini.

En líneas generales, la síndica denuncia -en un escrito de 11 páginas- que los empresarios realizaron maniobras destinadas a defraudar productores. ¿Cómo era las maniobra? A continuación, lo denunciado por la síndica:

"Para aprovechar su prestigio en el mercado, Sebastián Grimaldi SA, emitía cheches de pago diferido para prefinanciar la venta de cereal de los productores. Es decir, antes de la fecha de cosecha, le daba cheques a los productores con fecha de pago para la época en que éstos cosecharían su producción, a fin que los mismos se comprometan a venderla por su intermedio. La entrega y venta de la cosecha se haría a través de Leones Agropecuaria SRL.

Denuncia de la síndica del concurso de Grimaldi

Al llegar la época de la cosecha fina temporada 18/19, aproximadamente a partir de noviembre de 2018 los productores fueron entregando su cereal y Sebastián Grimaldi SA lo fue vendiendo y cobrando.

Con parte de esos fondos se fueron pagando los cheques que se presentaron al cobro hasta el 3/1/19. Ese pago era absolutamente necesario para crear una apariencia de solvencia durante los meses de entrega de la cosecha fina y con ello garantizarse la entrega de la producción.

Con las demoras propias de la logística, la entrega se puede demorar hasta fines de diciembre. Si no se hubiera mantenido esta apariencia de solvencia, los productores hubieran dejado de entregar su producción.

Con esa apariencia de solvencia engañó tanto a los productores a los que les había entregado cheques como a otros a quienes no les había entregado, puesto que tanto el apellido Grimaldi como la solvencia demostrada con la entrega anticipada de cheques eran ampliamente conocidos en el mercado.

A una parte de los productores que quisieron vender su producción les pagó con cheques de pago diferido, la mayoría de ellos con fecha de pago para enero/19.

Los cheques que vencieron a partir del 3/1/19 no fueron pagados por falta de fondos.

Tengo para mí que parte de los cheques cobrados por terceros, fueron una maniobra de vaciamiento. Entre tantos cheques, algunos de ellos no fueron cobrados por productores sino por terceros que respondían a Sebastián Grimaldi, como maniobra para sacar fondos de la sociedad que finalmente caería en cesación de pagos. También se sacaron fondos de manera más burda, como el retiro de $ 950.000.- que hizo la accionista y Vicepresidente María del Carmen Giesenow el 2/1/18.

Los cheques que la empresa libró y efectivamente se pagaron, fueron contabilizados en una cuenta corriente (o cuenta simple; aun no puedo calificar definitivamente esas cuentas) a nombre de cada productor. Cuando éstos entregaban su cereal, el importe obtenido por su venta debía ser acreditado en esa cuenta, compensándose con el saldo deudor. La empresa debitó el importe de los cheques pagados, posteriormente recibió, vendió y cobró el cereal, pero no acreditó su importe en la cuenta, y luego, intentó cobrar el saldo deudor. Así, inició más de 180 juicios, que actualmente tramitan en el fuero civil y comercial de Rosario. Solicité al juzgado del concurso el desplazamiento del Sr. Sebastián Grimaldi de la administración de Sebastián Grimaldi SA limitada a la tramitación y administración de los juicios. Aún no hay resolución. Adjunto el listado de juicios.

También recibió cereal de productores a los que no les había entregado previamente cheques. En tales casos, procedió a venderlo y cobrarlo. A alguno les entregó cheques de pago diferido con vencimiento a partir de enero/19 y a otros ni siquiera les entregó los cheques. Ninguno de ellos cobró su cereal.

Entiendo que estas maniobras configuran el delito tipificado por el art. 172 C.P. El prestigio bien ganado del apellido Grimaldi y la aparentemente “generosa” actitud de la empresa de entregar cheques de pago diferido a los productores con varios meses de anticipación a la época de la cosecha, a cambio del compromiso de entregar su producción, generó una fuerte confianza en los mismos. Al recibir la producción, la empresa abusó de la confianza de los productores, vendiendo el cereal y no pagándolo. La generación de confianza fue debidamente planificada, puesto que mantuvo la apariencia de solvencia durante todo el período en que dura el pico de la entrega de la producción (hasta fines de diciembre). Luego, con toda la producción entregada, no pagó los cheques que había emitido, ni el cereal que había recibido, vendido y cobrado (por el que no había emitido cheques). Ello generó una disposición patrimonial de los productores que produjo un perjuicio patrimonial a los mismos y un beneficio injusto en los autores del delito.

Vaciamiento, contado desde adentro

Para asegurar el resultado de su maniobra, los autores realizaron una serie de maniobras (algunas previas a la cesación de pagos y otras posteriores) de disposición de su propio patrimonio y del de la sociedad, a fin de evitar que las victimas pudieran agredirlo para cobrar sus créditos (con acciones directas sobre los bienes de la sociedad o con acciones de responsabilidad, de extensión falencial o de recomposición patrimonial sobre los bienes propios). Esas maniobras, hasta donde tengo conocimiento, fueron las siguientes:

Durante el ejercicio 2017/2018 se aprobó el pago de honorarios del directorio por $ 515.000.-, pero el cobro por este concepto fue de $ 1.640.300.- O sea, el retiro de dinero por este concepto fue más del triple del que correspondía.

Durante ese mismo ejercicio, los socios retiraron $ 3.127.406,17.- Si bien la utilidad del ejercicio $ 3.978.480,86.-, por lo que bien se podrían haber distribuido utilidades por la suma retirada, lo cierto es que se resolvió no distribuirlas, contabilizando los retiros como una deuda a favor de la sociedad. Con esa maniobra se incrementó el patrimonio neto en un 46 % por encima del real. Recuérdese que el patrimonio neto es un aspecto de particular relevancia para el otorgamiento de crédito en el mercado financiero. Esa maniobra permite mantener la apariencia de solvencia y, con ello, la confianza de los terceros.

se crédito a favor de la sociedad fue literalmente borrado del estado de situación patrimonial presentado al iniciar el concurso preventivo. Solicité al contador Herrera el mayor contable de la cuenta pertinente para verificar si se siguió retirando dinero o si efectivamente se devolvió, pero no me lo entregó. Tengo para mí que los socios siguieron retirando dinero de la sociedad, o sea, aumentando su deuda con la misma. El 2/1/18 la socia María del Carmen Giesenow retiró (mediante transferencia a su cuenta bancaria) $ 950.000.- Eso fue en un solo día.

Otra maniobra grosera de vaciamiento es la eliminación contable de un inmueble en Miami (USA), decida por acta de directorio del 31/3/17. La empresa había incorporado en el ejercicio contable Nº 11 (desde el 1/4/16 al 31/3/17) un inmueble identificado como 60 SW 13 ST Unit 1521, Miami FL 33130 USA. Dicha incorporación fue en los términos del proceso de Sinceramiento fiscal (blanqueo de activos) previsto por la ley 27.260. La declaración frente a la A.F.I.P. se habría realizado el 17/3/17. El mismo estaba a nombre de la sociedad Firenze LLC IRS 30-0661465, cuyos únicos socios serían Sebastián Grimaldi (en un 10%) y María del Carmen Giesenow (en un 90%).

Naturalmente, sólo hay dos posibilidades, o bien esa sociedad era en la realidad de propiedad de Sebastián Grimaldi SA, por lo que el bien fue exteriorizado como propio; o bien los verdaderos dueños (que son los únicos accionistas de Sebastián Grimaldi SA) lo aportaron como capital (así surge del acta del 31/3/17 y de los balances). Ese bien fue nuevamente declarado dentro del patrimonio de la sociedad en el balance del ejercicio Nº 12 (desde el 1/4/17 al 31/3/18). Por acta de directorio de fecha 29/5/18 fue excluido del patrimonio de la sociedad. Tanto el acta de fecha 31/3/17 (que decide el blanqueo del bien), como la del 29/5/18 (que decide la exclusión del mismo) fueron firmadas por Sebastián Grimaldi, Eduardo Nannini y María del Carmen Giesenow. Ello los convierte a los 3 en responsables de todas sus consecuencias penales, independientemente de que para la validez del acta no era necesaria la participación de la Sra. Giesenow. En el estado de situación patrimonial presentado con motivo del concurso preventivo, ese bien no figura".