Teléfono para los legisladores. El viernes pasado se conoció un exhaustivo instructivo de un preso para hacer entrar celulares desde la calle con una caña, una tanza y una media. Y este lunes, una mujer que visitaba a un detenido en Piñero fue demorada por intentar ingresar un móvil. El ingreso de los penales no es cosa nueva y es uno de los tantos movimientos sobre los que el Servicio Penitenciario pone el ojo, sin embargo, según advirtieron, desde el propio Servicio, no tienen herramientas legales para frenar a las “visitas contrabandistas”.

“Estamos atacando por distintos lugares el ingreso de celulares prohibidos”, aseguró el director del Servicio Penitenciario provincial, Gabriel Leegstra, en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2), a propósito del audio de un preso de la unidad penitenciaria Nº 3 de Rosario –baleada el lunes de la semana pasada– con clarísimas indicaciones sobre cómo hacer ingresar celulares al penal.

Sumado a los recientes ataques a balazos contras las penitenciarías, la última contra la cárcel federal de Marcos Paz donde está Guille Cantero, el “manual” pinta una situación que parece fuera de control.

Sin embargo, Leegstra aseguró que el empeño en perseguir ese contrabando es intenso y señaló uno de los grandes obstáculos que dificultan la tarea: la falta de herramientas legales para impedir el regreso a los penales de visitas que han sido detectadas intentando hacer entrar celulares. Leegstra explicó que cuando descubren un intento de este tipo, sólo pueden “invitarlos a retirarse”, pero no le pueden negar una nueva visita.

“Aún no disponemos de una herramienta legal, no obstante, los chequeos y requisas se siguen realizando con buenos resultados”, dijo.

Contó que los han detectado en lugares insólitos: dobles fondos de envases de comida, de tarros de dulce de leche, de mochilas y en zapatillas.