Actualmente, California (EE.UU) fue foco de atención por los incendios forestales que cubren una superficie récord en sus tierras agregando la fuerte sequía de los últimos 20 años, que también ha colaborado significativamente en la propagación de las llamas.

Las tormentas tropicales y huracanes también se han hecho presentes, golpeando con fuerza a varios países del mundo. Hace un par de semanas, el fenómeno Laura alcanzó categoría tres con vientos sostenidos de hasta 195 km/h, provocando la muerte de más de 10 personas en el Caribe y EEUU.

Con respecto a las altas temperaturas, el mes pasado el calor alcanzó 54.4 grados Celsius en el Valle de la Muerte (California), la temperatura más alta en la Tierra en casi un siglo.

Otro ejemplo son los cambios bruscos de temperatura. Siberia, famosa por su clima gélido, alcanzó los 37° C hace unas semanas, acompañados por incendios forestales. Antes de eso, Australia y la Amazonía registraron temperaturas récord de más de 40°, informó MegaNoticias.

“Se va a poner mucho peor”, dijo la climatóloga Kim Cobb, del Instituto de Tecnología de Georgia. “Lo digo con énfasis porque desafía la imaginación. Y saber eso es lo que asusta siendo una climatóloga en 2020”.

La experta además señaló que la magnitud real de lo que está sucediendo ahora era difícil de comprender. “Un año como 2020 podría haber sido el tema de una maravillosa película de ciencia ficción en el 2000”, declaró Cobb. “Ahora tenemos que observar y asimilar desastre tras desastre tras desastre en tiempo real, además de la pandemia. El panorama no podría ser más sombrío. Es una perspectiva horripilante. La década de 2030 va a ser notablemente peor que la de 2020”, agregó.

La solución para “retrasar” la catástrofe en la Tierra depende de los cambios que se hagan desde ya, en materia ambiental. Planes que se han visto empañados debido a la pandemia del Covid-19, que inició en diciembre de 2019.