La semana pasada, la empresa marplatense Havanna cerró un acuerdo para producir sus productos con trigo HB4, es decir, la variedad modificada genéticamente. Desde las compañías argumentan que el objeticvo "es reducir la huella de carbono", mientras que ambientalistas subrayan que es un "peligro para la salud, biodiversidad y el ambiente".

El uso del trigo transgénico está en debate en el país desde mediados del año pasado cuando Alberto Fernández aprobó su uso comercial.

"Los productos se elaborarán bajo la marca Havanna y contarán con el más alto grado de información al consumidor respecto de la zona de origen del trigo, la huella ambiental generada, y otros datos derivados del sistema de identidad preservada establecido para la producción de trigos HB4", comunicaron ambas empresas tras rubricar el acuerdo y argumentaran que el objetivo es reducir la huella de carbono, ya que el trigo transgénico tiene un uso más eficaz del agua y resiste sequías.

Los que repudiaron esta iniciativa son los integrantes de la Asociación Argentina de Abogades Ambientalistas quienes expresaron su rechazo en redes sociales: "Este trigo es resistente al glufosinato de amonio, peligro para la salud, biodiversidad y el ambiente», argumentaron y agregaron que «esta autorización es solo un avance del agronegocio sobre la alimentación de nuestros pueblos y sobre nuestra agricultura que no podemos aceptar".


Por otro lado, en las redes crearon un hashtag "ChauHavanna" frente a la ideas que impone la empresa.


En octubre del año pasado Argentina e convirtió en el primer país del mundo en aprobar la variedad transgénica de trigo HB4."La tecnología HB4 permite obtener semillas más tolerantes a la sequía, minimizando las pérdidas de producción, mejora la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés hídrico y da mayor previsibilidad a los rindes por hectárea", manifestó el Ministerio de Ciencia e Innovación Tecnológica de la Nación.

No obstante, la Cámara de Exportadores de Cereales Argentina (CEC) manifestó su preocupación al asegurar que nuestro país ya llevó a cabo otros intentos de venta de alimentos transgénicos y no recibió la aprobación de los países a los que les exporta.

Además, la ONG Ecologistas en Acción advirtió en aquel momento que los alimentos transgénicos pueden causar diversos daños en la salud humana como el incremento de las alergias, aumento de componentes tóxicos en los alimentos, resistencia a los antibióticos, ya que el gen introducido puede provocar que el estómago no digiera correctamente los remedios.