Cuando el fuego se desata en las islas frente a Rosario y destruye el humedal –y el humo invade la ciudad–, resurgen proyectos e ideas para preservar a ese espacio verde vital afectado por la depredación. Este año la historia se repitió y la creación de una reserva o parque nacional volvió al debate. ¿Qué falló en los intentos anteriores y cuáles son los intereses que se oponen?

Un antecedente lejano aparece en 1985 y evidencia el fracaso de una preservación ambiental sostenible. Aquel proyecto de “Parque Regional Alto Delta del río Paraná” fue presentado por un equipo de especialistas liderado por el profesor Juan Carlos Bensuley.

La iniciativa no prosperó y 20 años después fue retomada por legisladores como una solución para el problema ambiental en tierras entrerrianas y santafesinas. Pero la situación ya era otra por el desarrollo de la región (en ese lapso se construyó el puente Rosario-Victoria, por ejemplo).

En 2006, desde la Asociación Equística salieron a aclarar: "El proyecto de Parque Regional ya no es posible, hay que pensar en regular las actividades, no prohibirlas de manera total".

“Lo que corresponde hacer es un área protegida de usos múltiples, es decir no prohibir las acciones del hombre relacionadas a la explotación ganadera o turística porque ya es tarde para eso, hay que regularlas”, explicaron a Rosario3 en aquel momento las investigadoras Mirtha Fuentes y Adriana De Biasi, coordinadoras del proyecto.

Ese año no hubo ley, ni los siguientes. El ex senador nacional Rubén Giustiniani conoce de primera mano las dificultades e intereses que frenan ese tipo de norma. En 2013, una ley de humedales de su autoría obtuvo media sanción en el Senado pero la Cámara de Diputados nunca la trató y perdió estado parlamentario, pese a los reclamos de las organizaciones ambientales.

“Hay muchos intereses económicos, del punto de vista urbanístico y de explotación ganadera que se oponen a este tipo de preservación de lugares naturales”, aseguró el hoy legislador provincial en el programa Hoy es siempre todavía (Radio 2) que conduce Jesús Emiliano.

“Cuando los poderes actuaron esa ley fue cajoneada en la Cámara de Diputados”, agregó y pidió un fuerte compromiso político con el tema, más allá del “maravilloso” trabajo de las ONG.

El licenciado en Medio Ambiente Julian Monkes coincidió: “Ese proyecto no se trató porque operó fuerte el lobby de los productores agropecuarios pero también las inmobiliarias”. Explicó que los intereses de los desarrolladores de barrios privados opera, a diferencia de los ganaderos, desde las sombras.

Monkes señaló que en 2016 se retomó el debate pero con un contenido más laxo y este 2020 “va a haber una discusión muy distinta porque existe un fuerte apoyo del nuevo gobierno nacional”. Aclaró que es necesario “saber coordinar esa agenda ambiental porque hace ruido cuando toca intereses”.

Vuelve al debate la postergada ley de humedales

Algo similar ocurrió con un proyecto en Santa Fe de Fabián Palo Oliver que recién logró aprobarse en 2019. En diciembre pasado, la Legislatura provincial declaró de interés provincial la protección de los humedales santafesinos.

La iniciativa defiende “la preservación, conservación, defensa y mejoramiento de todos nuestros humedales y sus elementos constitutivos”.

Sin embargo, la ley ya estaba en pie y demostró sus limitaciones cuando este año, en febrero y en marzo, y después muy fuerte en junio, se multiplicaron los incendios sin control. También se prometió la activación del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible del Delta del Paraná (Piecas) y se recordó la existencia de la Ley General del Ambiente.

Nada de eso alcanzó para prevenir el “ecocidio” denunciado en las últimas semanas. La única salida, repiten los especialistas, es un acuerdo interprovincial y con Nación (que debe aportar los recursos necesarios para hacer cumplir la regulación).

En ese camino, el diputado nacional Germán Martínez presentó en la Cámara baja un proyecto de ley tendiente a crear la “Reserva Nacional Humedales Delta del Paraná” con el objeto de “dar una solución de fondo a todas las problemáticas ambientales que están apareciendo en la zona de islas, entre ellas la quema de pastizales que tanto daño viene generando”.

“El proyecto prevé un grado de protección a una zona de humedales de vital importancia, que alberga unas 700 especies vegetales, más de 500 especies de vertebrados y más de 260 especies de aves”, señaló Martínez.

En paralelo surgieron otras iniciativas nacionales con distintas concepciones. El propio ministro de Medio Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, habló de avanzar en la creación de “una reserva nacional, controlada por guardaparques y donde se permita la producción ictícola y ganadera, pero de manera regulada y sostenible, con cuidado del medio ambiente”.

"La reserva va a requerir cesión de tierras las provincias (cuestión que deberían avalar las Legislaturas de Santa Fe y Entre Ríos) y se necesita una ley nacional. Entre Ríos tiene voluntad de avanzar con la reserva natural", remarcó Cabandié a El Tres.

En ese contexto, las investigadoras Mirtha Fuentes y Adriana De Biasi, las mismas que ya habían planteado algo similar en 2006, observaron que debe cuidarse de forma especial la apertura de la actividad turística. La próxima semana iniciarán, una vez más, consultas con legisladores nacionales para plantear su mirada (y su experiencia).

Esta breve historia (parcial e incompleta porque faltan actores) expone los al menos 35 años de demora en la creación de una figura especial para los humedales. Especialistas y dirigentes de diversos partidos (socialistas, radicales y peronistas) coinciden en la dispersión de esos esfuerzos que deberían ser coordinados ante los intereses ganaderos e inmobiliarios.

De eso depende la preservación del humedal o lo que queda de él. Como advirtió la diputada provincial Mónica Peralta esta semana en Radiópolis (Radio 2):Necesitamos que las medidas que se tomen sean efectivas y tomar conciencia. Sino esto va terminar mal”.

“Cuando nos queramos dar cuenta no van a quedar más islas sino emprendimientos económicos privados: hoteles, guarderías y campos para el ganado. Acá hay impunidad y por eso está pasando lo que pasa”, graficó.