El reciente y sangriento operativo contra el crimen organizado llevado a cabo en las favelas Alemão y Penha, en Río de Janeiro, que dejó un saldo de al menos 130 muertos, puso sobre el tapete otra vez el poder de fuego del que se vale el Comando Vermelho brasileño, que incluye el uso de armamento proveniente de arsenales oficiales.
Entre el armamento secuestrado por la Policía Civil carioca a la poderosa organización narco, se encontró un viejo Fusil Automático Liviano (FAL) perteneciente a las Fuerzas Armadas argentinas, publicó La Nación.
El detective Vinicius Domingos, jefe de la Unidad de Coordinación de Inspección de Armas y Explosivos (CFAE), confirmó que el fusil pertenecía a las Fuerzas Armadas de Argentina, junto con armas desviadas de las Fuerzas Armadas de Brasil, Venezuela y Perú. Parte de este armamento fue exhibido en su cuenta de Instagram.

El hallazgo del arma argentina refuerza una hipótesis que data de hace más de una década: el arma podría ser parte del lote de fusiles desaparecidos del Batallón 603 de Fray Luis Beltrán.
La presencia de fusiles con el escudo argentino y la marca Fabricaciones Militares (FM) en enfrentamientos con narcotraficantes en Brasil y Paraguay se registra desde 2011, reportó el periodista Germán de los Santos.
Según el informe periodístico, el fusil encontrado en la favela Penha refuerza las especulaciones sobre el destino del robo –aún impune– de armas en Fray Luis Beltrán. De ese batallón desaparecieron 43 fusiles completos, además de 2500 partes que permitían ensamblar hasta 400 de estas armas del Ejército Argentino.
La causa por el robo, que se inició hace 14 años, estuvo cajoneada durante mucho tiempo en el juzgado del exjuez Marcelo Bailaque, quien recién a principios de junio de 2025 procesó a siete militares por la sustracción del armamento.
Expertos brasileños señalan que la mala gestión de los arsenales de las fuerzas de seguridad contribuye directamente al fortalecimiento de las facciones criminales.



