Este martes 17 de enero se convirtió en el día más caluroso en lo que va del año en Rosario, con un termómetro que trepó hasta 39,3 grados, a las cuatro de la tarde, bajo un sol abrasador.

A pesar de la baja humedad, se hacía muy difícil caminar en ese horario al sol. De hecho, se veía poca gente por el centro, el sector más sofocante: sólo salían quienes debían hacerlo por obligaciones u algún motivo puntual.

El récord local de 2023 se da también en medio de un alerta amarilla por altas temperaturas que afecta a buena parte del centro-este y norte del país y advierte por un “efecto leve a moderado en la salud” que puede ser “peligroso para los grupos de riesgo, como niños y niñas, personas mayores de 65 años, con enfermedades crónicas”.

Los 39,3 grados que registró el Servicio meteorológico Nacional (SMN) para la ciudad superaron el pronóstico de 38 para la jornada y también los 39,1 del martes de la semana pasada.

En ese momento, según la cartilla oficial, había un cielo ligeramente nublado, con humedad de sólo 19%, una presión atmosférica de 1007,4 hectopascales y el viento desde el noreste a 22 kilómetros por hora.

La visibilidad era plena, de 15 kilómetros. Al menos hasta ese momento no se cumplía la previsión de la llegada de humo por los incendios forestales declarados esta semana en las islas del Paraná frente a Granadero Baigorria.

La previsión para los próximos días habla de más calor para Rosario pero no tan extremo: se anuncian máximas de 35 grados para miércoles y jueves, mientras que hacia el final del viernes –también tras un pico de 35º–, podrían llegar tormentas y extenderse hasta las primeras horas del sábado, con un alivio para ese día sólo en la mínima (18º) pero no tanto por la tarde (34º), otra vez con sol, al igual que el domingo (19º/33º).