Amigos y familiares de Carlos Orellano, el joven fallecido en febrero pasado tras asistir a un boliche de La Fluvial y cuyo caso todavía se investiga, pintaron este domingo coloridos murales en la zona norte de Rosario para recordar a Bochacha, como le decía.

Pese al calor agobiante y bajo un sol intenso, un nutrido grupo, en su mayoría jóvenes, se concentraron en diferentes esquinas de avenida Génova para retratar la imagen de Orellano con frases en homenaje.

La expresión artística principal se pintó en el cruce con Travesía, mientras que había otras en las esquinas de Garzón y de Cabal, todas por Génova, arteria que confluye al estadio de Rosario Central, club del que Bocacha era hincha.

Orellano fue hallado sin vida en el río Paraná en febrero pasado, dos días después de haber salido a bailar a Ming River House, en la costa central rosarina, y desde entonces se inició una controverstida investigación.

A partir de un reciente informe, la querella consideró que el joven fue víctima de violencia –hay cuatro personas imputadas, dos patovicas y dos policías–, pero desde Fiscalía insisten que por el momento no se puede definir la causa de muerte y la defensa de los policías niega la agresión.

Nuevos estudios intentaban determinar si murió o no ahogado. La versión de los policías y los patovicas es que el muchacho se cayó al río, posiblemente ebrio.

Durante estos once meses, y a pesar de la pandemia de coronavirus, familiares y amigos de la víctima encabezaron diferentes manifestaciones para reclamar justicia para Bocacha.