A días de la edición especial de Colectividades por el Tricentenario de Rosario, mientras se levantan las carpas y estructuras para comenzar las celebraciones con bailes y comidas típicas de los inmigrantes que eligieron la ciudad, y con alerta meteorológica mediante, vuelve el el mito de la maldición gitana: la lluvia que estropea la fiesta por no haber sido invitados.
Consultado por Telenoche (El Tres), el escritor gitano Jorge Nedich aclaró que “los gitanos, cuando son excluidos, lo niegan y se alejan para no agravar la situación, para que el problema no recaiga sobre todo su grupo. Al gitano le importa preservar la manada, por eso peleamos entre nosotros, pero ante el afuera nos defendemos”.
“El gitano se recluye porque sabe que molesta en los lugares públicos –observó–. Tenemos tres héroes caídos en Malvinas y no fueron nunca reconocidos. En las Colectividades no pidieron participar, algunos lo intentaron pero no se concretó”.



