El cuidado por el medio ambiente ya llegó a la industria de la sexualidad que ofrece juguetes eróticos especialmente fabricados para preservar el verde y el aire puro. En Estados Unidos, tal cual publica este martes el diario Crítica de la Argentina, se ofrecen lubricantes orgánicos, esposas y fustas de materiales reciclados, preservativos vegetarianos y juguetes eróticos de materiales como madera son la última moda.

El sector mueve 15 mil millones de dólares anuales en todo el mundo. Sólo en aceites lubricantes, los establecimientos estadounidenses facturaron más de 82 millones de dólares el año pasado, pero muchos de sus usuarios desconocen que estos productos contienen sustancias químicas como las que se encuentran en los anticongelantes y en los limpiadores para hornos.

Sin embargo, con el tiempo y el avance de la ecología, los usuarios de artículos eróticos comenzaron a hacer más preguntas en torno a la constitución de estos juguetes íntimos.

Alliyah Mirza, fundadora de la firma Earth Erotics, una de las compañías líderes del sector erótico ecológico, aseguró que la demanda crece cada día. “Hemos visto un aumento de la demanda en los últimos meses así como un crecimiento exponencial desde que abrimos hace tres años”, dijo Mirza.

“Los consumidores responsables compran comida orgánica y toman otras decisiones en sus compras basadas en el impacto sobre su salud o el medio ambiente, por lo que es natural que la tendencia haya saltado al campo de los juguetes para adultos”, añadió.

Earth Erotics distribuye en internet y a través de fiestas particulares juguetes eróticos y productos íntimos. Entre los más vendidos están los lubricantes orgánicos y los juguetes eróticos de cristal, que pueden llegar a costar hasta 100 dólares en el caso de algunos modelos.

“Earth Erotics Glass es una de las líneas de juguetes para adultos más ecológicas y seguras del mercado”, dijo Mirza. “El cristal no sólo es bonito, sino que además es un material completamente natural y reciclable”, destacó.

Una curiosidad es que entre aquellos que defienden el “sexo ecológico” se están imponiendo los métodos anticonceptivos naturales y no por razones morales o religiosas. Así defienden al tradicional método Ogino o del calendario –abstinencia en determinados días del ciclo menstrual– es la única forma de evitar la ingesta de químicos y las toneladas de preservativos que acaban a la deriva en ríos y playas.

Pero para los expertos en ecología y fabricantes de anticonceptivos argumentan que, en realidad, lo mejor para proteger el planeta es tener menos hijos. “Alrededor de un 40 por ciento de todos los embarazos en el mundo no son deseados y aún no se ha logrado el acceso total a los métodos anticonceptivos”, dijo a la revista Time Jim Daniels, responsable de marketing del fabricante de preservativos Trojan.

“Lograr este acceso total se traduciría en el ahorro de miles de millones de toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera”, añadió Daniels cuya firma, por cierto, no sólo hace condones de látex, sino también otros mucho más ecológicos y biodegradables de piel de cordero.