La ley de Bosques –que cuenta con la adhesión de 1.396.717 firmas de argentinos a favor de su sanción – debería haberse tratado el miércoles pasado en la Cámara de Senadores. Pero, no fue así, por lo que el proyecto que establece diez criterios ecológicos y categorías de conservación que apuntan a planificar las actividades forestales, agrícolas y ganaderas evitando la fragmentación y degradación del bosque nativo, y establece como prioritarios cuidar a los bosques que actualmente ocupan y utilizan comunidades indígenas y campesinas, quedó, entre cajones.
Sin embargo, tanto la diputada nacional arista Susana García como la organización ecologista Greenpeace, no dejaron pasar por alto la omisión y exigieron a los legisladores su sanción inmediata. “Mientras los senadores duermen a conciencia, el desmonte sigue creciendo con prisa y los campesinos siguen siendo despojados de su medio de subsistencia. Tampoco prestar atención a las más de un millón trescientas mil personas que reclaman por la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para los Bosques Nativos”, apuntó en un comunicado.
Para la legisladora “el clamor no parece tallar en la conciencia de los senadores que, según afirman los propios sectores cercanos al oficialismo, se dejan presionar por intereses socioeconómicos que, en función de la extensión de la plantación sojera, pretenden –y evidentemente hasta ahora lo logran aunque no sabemos a qué costo- frenar la sanción del proyecto o desvirtuarlo a fin de que su vigencia sea nula”
Desde Greenpeace tampoco dudaron en vincular los intereses económicos con el no tratamiento del proyecto. “La presión encabezada por senadores del norte buscó lavar un artículo clave de la ley, que es el que establece una moratoria a los desmontes hasta tanto cada provincia realice el ordenamiento territorial que dispone el proyecto original, que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados. De esta forma, la ley se convertiría en un proyecto testimonial que no serviría para detener el descontrolado avance de las topadoras a razón de más de 821 hectáreas de bosques por día”, denunció Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques de Greenpeace.
“La Argentina está en emergencia forestal tras haber perdido cerca del 70 por ciento de sus bosques nativos. Resulta de allí imperiosa la necesidad de sancionar esta Ley aprobada en marzo en la Cámara de Diputado y frenada, desde entonces, en la Cámara de Senadores”, agregó García a modo de explicación sobre la urgencia para que esta ley vea la luz.
Firmas por árboles caídos
Greenpeace y un grupo de organizaciones ambientales y sociales de todo el país lograron juntar en menos de dos meses más de 1,3 millón de firmas en apoyo al tratamiento de la ley de bosques.
Es que los números son escalofriantes: en el transcurso de este año, sólo la provincia de Salta convocó a audiencias públicas para autorizar desmontes por un total de 280.301 hectáreas. Estos desmontes resultan cuatro veces más que los autorizados el año pasado, y equivalen a 14 veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires. Con estas cifras, sólo en esta provincia se llega al promedio de deforestación anual de todo el país.
Los últimos datos de Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación revelan que nuestro país se encuentra en una verdadera Emergencia Forestal: entre 1998 y 2002 desaparecieron 781.930 hectáreas pero en los últimos cuatro años, el proceso se acentuó y los desmontes arrasaron con 1.108.669 hectáreas, lo que equivale a 280.000 hectáreas por año, 821 hectáreas de bosques por día, es decir, 34 hectáreas por hora.