La obligatoriedad de los libros de quejas será un hecho si logra su aprobación un proyecto del concejal Alfredo Curi en el Concejo. Hasta el momento, la iniciativa ha sido discutida en la comisión de Gobierno y a pesar de algunas modificaciones propuestas por la oposición, el proyecto se convertiría en ordenanza municipal, en breve.

Con la intención de brindarles a usuarios y consumidores un canal de expresión, el edil propone que los libros de quejas sean obligatorios tanto en los comercios de grandes superficies como también en las oficinas públicas. El libro funcionaría como un  canal de expresión para que la gente pueda manifestarse en contra de los servicios brindados, del funcionamiento de la oficina o del estado de las instalaciones. También podrían denunciar la mala atención de algún empleado.

“Mucha gente eleva quejas en un negocio o en una oficina de administración pública pero nadie le ofrece un libro de quejas para que ese reclamo de asiente y así, de evapora como los azahares”, ejemplificó Alfredo Curi quien se siente confiado en la puesta en marcha de esta iniciativa: “Los concejales de la oposición han interpuesto algunas modificaciones que ya se discuten en la comisión de Gobierno pero no se oponen”, explicó.

Además de la posibilidad de dejar asentado el reclamo, la norma implicaría también, la entrega al usuario o consumidor disconforme, de una copia de la queja por escrito.