Dos equipos internacionales de investigadores han estudiado de forma exhaustiva la conexión entre H1N1 y sus interacciones con las células humanas. Los resultados de estos estudios pueden conducir a nuevas terapias y herramientas para la fabricación de vacunas.

“Orientarse con un mapa es muy distinto a tratar de hacerlo sin él», declaró la doctora Aviv Regev del Instituto Broad del MIT y Harvard (Estados Unidos), uno de los autores del primer estudio. «Sin un mapa probablemente te ciñas a explorar una zona pequeña. Puede que conozcas algo sobre una proteína y trabajes en torno a ella. Pero con un mapa global se puede descubrir territorio virgen. Es como el descubrimiento de América. Aún hay mucho por descubrir, pero al menos ya sabes que está ahí.”

La doctora Regev y su equipo han realizado varios descubrimientos interesantes, como por ejemplo que el virus H1N1 modifica la expresión de proteínas del huésped en el material genético vírico y en la respuesta inflamatoria del organismo al virus.

El estudio también ha sacado a relucir otros factores sorprendentes, como que existen determinadas proteínas víricas y del huésped que desempeñan una función fundamental en la infección y en la respuesta del huésped, entre ellas una red de proteínas que se une a ácido ribonucleico (ARN). Estas proteínas son los componentes de una ruta de señalización relacionada con la proliferación celular.

El equipo de investigación llevó a cabo ensayos moleculares de las interacciones físicas entre las proteínas víricas y del huésped y elaboró perfiles de expresión pangenómica de células humanas infectadas por el virus H1N1. Estos ensayos dieron como resultado más de 1.700 genes que podrían ser importantes en la infección por H1N1 o en la respuesta del huésped a ella.

A continuación se extrajo cada uno de estos genes de células pulmonares humanas para comprobar cuáles influían en la replicación del H1N1. La investigación demostró que las proteínas víricas pueden desempeñar muchas funciones distintas. «Nos quedamos impresionados por la cantidad de proteínas del huésped que interaccionan con cada proteína vírica», indicó la Dra. Regev.

En el segundo estudio, los investigadores utilizaron ribointerferencia para desactivar uno por uno los genes de la célula huésped para descubrir cuáles modifican la forma de propagación de la gripe en las células. Obtuvieron 120 genes que podrían ser objeto de investigación sobre el H1N1. El equipo descubrió que cierta familia de proteínas denominada IFITM parece constituir un componente importante que ayuda a detener la propagación de H1N1.

“Un interferón induce nuestra proteína, la cual bloquea la entrada del virus”, aclaró el doctor Stephen Elledge del MIT (Estados Unidos), quien explicó además que el interferón funciona como una señal de alarma enviada a otras células cuando una percibe que ha sido invadida por un virus. “Si se elimina la IFITM, la eficacia de propagación del virus se multiplica por cinco o diez. Ella sola bloquea entre el 80% y el 90% de los virus.”

El doctor Elledge opina que las diferencias entre humanos con respecto a las cantidades de IFITM podrían ser la causa de los distintos niveles de gravedad con que se dan los casos de gripe. “La variación natural [en este gen] bien podría dar lugar a resistencia o vulnerabilidad”, afirmó. Se sabe que la gripe deja "fuera de combate" a algunas personas, mientras que a otras sólo les causa una ligera congestión.

El estudio concluye: “Si las proteínas IFITM también limitan la incidencia de infecciones por virus de la gripe A en otros organismos como los pollos, cuyos embriones se utilizan para el paso de virus atenuados en la producción de vacunas, la inhibición de la expresión de proteínas IFITM podría acortar el tiempo necesario para generar vacunas y por lo tanto aumentar los beneficios. Éste ha sido uno de los aspectos que ha dificultado la producción de vacunas durante la actual pandemia de gripe [H1N1].”

Fuente: Cordis Europa