Una encuesta realizada a fines de 2005 a unos 6 mil estudiantes de entre 10 y 18 años de distintas provincias del país reveló que el acoso escolar es un fenómeno que padecen los alumnos argentinos al igual que los de los países más desarrollados. A partir del uso de las nuevas tecnologías, este tipo de violencia a veces suele pasar desapercibida por los adultos aunque es muy familiar para los más chicos. En la actualidad, los acosadores se valen del uso de Internet, chat, celulares, correo electrónico y mensajes de texto para lograr que esta forma de violencia se potencie, se prolongue y complemente el efecto del acoso cara a cara. Un reciente estudio llevado a cabo en el Reino Unido por el portal de Internet MSN sobre 600 jóvenes de 12 a 15 años y sus padres aportó datos importantes, centrados en el envío de correos electrónicos y mensajes instantáneos. Junto a un 11 por ciento de receptores de mensajes intimidatorios, un 44 por ciento afirmó conocer a alguien que sufrió este tipo de acoso digital. Un 48 ciento de los padres desconocía hasta ahora la existencia del acoso on line, y un 74 por ciento de los adolescentes afectados no lo había comunicado porque temían que sus padres, al enterarse, les impidiesen seguir utilizando Internet. En España, las cifras también son alarmantes, ya que según una encuesta de la asociación Protégeles aplicada a 2 mil jóvenes españoles de entre 11 y 17 años, un 19 por ciento había enviado alguna vez un mensaje de celular intimidatorio.