La actriz Antonella Costa, quien saltó a la fama luego de protagonizar películas muy exitosas, entre ellas, Garage Olimpo, reveló haber sufrido varios episodios de abuso en sets de filmación cuando comenzaba su carrera. La confesión se produjo en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y a partir del posteo de un blog llamado “El mundo de Alicya” que recordó la violación a la actriz francesa María Schneider durante el rodaje de la película El último tango en París; abuso pedido por el propio director, Bernardo Bertolucci.

En su muro de Facebook, Costa compartió el posteo que incluía una entrevista a Bertolluci y se lo dedicó a distintas personas que, en sus primeros pasos como actriz, difundieron sin su consentimiento imágenes suyas desnuda; la humillaron por esas mismas imágenes y la manosearon en escenas sin consultarle.

“Sepan que por cada uno que hizo o avaló alguna de estas actitudes cobardes y perversas, hubo muchísima gente que no lo hizo”, advirtió y aclaró en un segundo posteo que no iba a dar nombres ni apellidos, convencida “de que muchos de los responsables no fueron conscientes de estarme causando un daño profundo”.

“Con los que tuve que hablar, lo hice, pude alejarme de quienes no quise tener cerca”, agregó y señaló: “Lo que más me interesa no es escracharlos sino que APRENDAN. No es lo mismo que te toquen el culo o que te mojen la oreja. No da igual que se burlen de tu cuerpo o que te pongan sal en el mate. Avergonzar públicamente a alguien por no haber accedido a acostarse con vos no equivale a no regalarle tu postre en el almuerzo. La violencia física y verbal, el abuso de poder, la humillación, dejan marcas de por vida, y lo que una está dispuesta a hacer en un proyecto artístico siempre está claro desde el guión y las charlas previas con el director y eventualmente la producción. Que accedas a un desnudo frontal no habilita a nadie a tocarte, si no está escrito. Y así como nadie inventa sobre la marcha una escena donde se le corte un dedo al actor que protagoniza, tampoco tiene por qué inventarse ninguna situación en la que las actrices (o actores!) quedemos expuestas ni dañadas en ningún sentido. Los actores profesionales sabemos dar la impresión de verdad sin necesidad de atravesar situaciones reales. Podemos responder con emociones reales a estímulos imaginarios. En eso consiste la habilidad que nos separa del resto de los mortales”.

A continuación, el relato completo de las situaciones de abuso que reveló Costa a partir del caso Schneider:

“Dedicado a la vestuarista que dejó tiradas fotos de mi cuerpo desnudo que, siendo una adolescente, me saqué por motus propio por pedido y para uso exclusivo del director y la directora de arte. A los colegas que las encontraron y en vez de avisarme o destruirlas las usaron para burlarse de mí. Al director que a mis 21 años puso en la casetera del motorhome el VHS del crudo de la escena en la que me bañaba, para que lo vieran todos. A los extras que aprovecharon una toma para manosearme entera. Al asistente de dirección que me pidió que no dijera nada porque necesitábamos seguir filmando. Al actor que le sugirió a la directora meterme `bien la mano´ en mi sexo sin consultarme antes, y que me humilló delante del equipo técnico por haberme negado a acostarme con él, y a tantos otros a los que me enfrenté, negándome simplemente a hacer lo que no quería hacer, y que no era parte del pacto ni del proceso creativo.

“Sepan que por cada uno que hizo o avaló alguna de estas actitudes cobardes y perversas, hubo muchísima gente que no lo hizo, que me escuchó, me ayudó y sostuvo mi postura digna evitando, muchas veces, males mayores. Esos se convirtieron en mis amigos, y hasta uno de ellos es el padre de mi hijo. Esas son las personas con las que decido compartir mi vida y mi intimidad. A ellos les agradezco y los abrazo una vez más. Por suerte, son la inmensa mayoría”.

El caso Schneider

La escena donde Marlon Brandon viola a Schneider en El último tango en París.

En 1971 María Schneider protagonizó junto a Marlon Brandon la película El último tango en París donde en una escena Brandon la viola y usa barra de manteca a modo lubricante. Una secuencia que, a la postre, se convirtió en la más recordada del film. Schneider, quien falleció en 2011 de cáncer de pulmón, no sabía nada de la escena que su compañero había ideado junto al director, Bernardo Bertolucci.

El episodio la afectó gravemente pero nunca hizo una denuncia formal.

En 2013, a 41 años del estreno del film y dos de la muerte de María, Bertolucci dio una entrevista –la que compartió el blog El mundo de Alicia y disparó la confesión de Costa– donde reconoció que Schneider no había sido consultada sobre la escena.

“Son cosas graves, pero las películas se hacen así. Las provocaciones son a veces más importantes que las explicaciones”, afirmó Bertolucci.

“No quería que Maria fingiera su humillación. Quería que María se sintiera de verdad violada, que no actuara, para que sus gritos y su llanto transmitieran al espectador una sensación verídica de rabia. Por eso (ella) me ha odiado toda la vida”, señaló el director ganador de nueve premios Oscar.