"La nueva pastilla para adelgazar no hace milagros". El experto en dietas Máximo Ravenna puso reparos al nuevo fármaco aprobado por la agencia reguladora de medicamentos de los Estados Unidos: una pastilla llamada "Belviq", del laboratorio Arena Pharmaceuticals, recomendada para el sobrepeso crónico dado que controla el apetito a través de receptores cerebrales.  La decisión del organismo norteamericano se basa en la recomendación de un panel de expertos independientes, que el 10 de mayo instó a la comercialización de la droga clorhidrato del lorcaserin.

El reconocido especialista en trastornos alimentarios –no es el primero en advertirlo– planteó algunas objeciones. Dijo que “aparentemente es positiva la administración de esta nueva pastilla pero tiene efectos secundarios que van a comenzar a estudiarse recién ahora y que podrían estar relacionados con problemas coronarios”. Advirtió que “los ensayos clínicos mostraron que, más allá de la ilusión que trae aparejada, esta nueva droga no es mágica” y agregó: “Lo único que hace su ingesta es agregarle a una dieta bien hecha un 3,5% más de descenso de peso en un año”.

En este sentido, Ravenna también plantea que “en materia de obesidad hay que ser muy cauteloso porque ya han aparecido una infinidad de dietas especiales y elementos como aros, zapatillas, parches, laxantes, semillas, masajeadores, plantillas, sellos homeopáticos y cirugías compulsivas que han demostrado no modificar la situación de los obesos en el paso del tiempo”, e ironizó, “todos tendrían que ser como Forrest Gump dando la vuelta al mundo varias veces corriendo con las zapatillas para lograr bajar unos 40 kg”.

El fármaco está destinado a adultos obesos con más de 30 kg sobre su índice de masa corporal o con 27 kg de exceso y con al menos una de las enfermedades relacionadas con el sobrepeso, como la hipertensión, la diabetes tipo 2 o el colesterol alto.

Finalmente, el destacado médico nutricionista aconsejó a los obesos que “no deben depositar toda su ilusión en la aparición de una pastilla o algún elemento salvador que les evite el esfuerzo “ y resaltó que “en realidad no hay que agarrarse de lo cómodo y sí generar un verdadero cambio de hábito para dejar de lado todo lo que los llevó a ese estado”.

El último medicamento contra la obesidad que había sido aprobado en Estados Unidos fue el Xenical de Roche, en 1999 que funciona evitando que el cuerpo absorba grasa, pero sus efectos secundarios gastrointestinales disminuyeron su popularidad.