La policía afgana halló hoy el cadáver de uno de los dos ingenieros alemanes secuestrados el miércoles por los talibán en el este de Afganistán.

Hasta el momento, las fuerzas de seguridad no pudieron establecer la causa de la muerte del rehén, cuestión que enturbia aún más el controvertido caso.

Ayer, los insurgentes aseguraron haber ejecutado a los dos alemanes. No obstante, los gobiernos afgano y alemán afirman que uno de ellos murió tras sufrir un infarto y que su compañero sigue vivo.

Los dos alemanes habían sido secuestrados el miércoles junto a cinco afganos, a 100 kilómetros de Kabul. Los captores exigían al gobierno de Merkel que retire sus tropas de Afganistán. La canciller rechazó un trato con los insurgentes y desde el Ministerio de Asuntos Exteriores sembraron dudas sobre el hecho: "Hasta ahora no tenemos ningún indicio sólido de que los secuestrados estén en poder de los talibán", soltó ayer un portavoz.