Alemania conmovida y dividida por un caso de incesto. Se trata de la relación que mantienen los alemanes Patrick Stübing y Susan Karolewski que son hermanos, pero se encontraron por primera vez cuando él tenía 23, y ella, 16. Poco tiempo después se enamoraron y de esa relación nacieron cuatro hijos en cinco años.
Una serie de denuncias por incesto obligaron a Patrick a cumplir tres años y un mes de prisión por ese delito. Su hermana fue absuelta por sufrir de un "ligero retraso madurativo", según la justicia local.
Esta semana, la Corte Europea de Derechos Humanos desestimó una apelación presentada por Stübing y confirmó la prohibición de las relaciones entre personas de la misma sangre.
Pero el fallo generó un debate entre los alemanes, muchos de los cuales ahora se replantean la figura del incesto y alimentan la presión para eliminar lo que se considera "el último tabú".
Patrick Stübing, que ahora tiene 36 años, fue alejado de su casa, en Leipzig, cuando tenía tres años porque su padre, alcohólico, lo golpeaba.
Primero pasó por un orfanato, y luego fue adoptado por una familia del estado federado de Brandeburgo, cerca de Berlín. Con 23 años, más o menos en coincidencia con la muerte de su madre natural, se volvió a comunicar con su familia. En esa ocasión, conoció a su hermana.
La relación empezó casi inmediatamente, en 2000. Entre 2001 y 2005 nacieron cuatro hijos; dos de ellos tienen retrasos mentales; otro, una pequeña malformación cardíaca y sólo una no presenta problemas de salud. La condena del padre y su prisión coincidieron con el retiro de los tres hijos con problemas, que viven ahora en institutos del Estado. Hoy, los padres viven sólo con una de sus hijas, en las afueras de Leipzig.


