Amy Winehouse había tenido una exitosa aparición en el programa "Strictly Come Dancing", donde fue aplaudida incluso por el público más crítico. Pero luego la cantante terminó ingresada en un hospital londinense.
Al terminar la actuación, según los testigos, Winehouse comenzó a gritar “mis tetas me están matando”. La cantante, cada vez más atemorizada, llegó a pensar que sus implantes podían explotar, por lo que rápidamente se dirigieron a una clínica londinense.
Amy Winehouse desobedeció a los médicos, que le recomendaron reposo después de su operación de aumento de pecho. El hecho no pasó de ser una nueva anécdota en la vida de la extravagante Winehouse, ya que no tuvo mayor gravedad.