Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste analizó los trastornos asociados al consumo de alcohol en pacientes con diagnóstico de alcoholismo internados en una comunidad terapéutica.

“La investigación explora las consecuencias sociales, familiares y personales que causa el alcoholismo, así como las particularidades que hacen que una persona llegue a una situación límite frente al alcohol”, explicó a Argentina Investiga la doctora Lorena dos Santos, autora del proyecto, junto a las doctoras Mabel Valsecia y Elvira Verges.

En este estudio sobre los problemas personales y familiares que acarrea el consumo de alcohol, se trabajó con pacientes internados en la comunidad terapéutica del hospital de Salud Mental San Francisco de Asís. Son pacientes que se internan durante tres meses, luego de haberse desintoxicado y una vez superada la instancia crítica de adicción.

Lo llamativo del estudio es que la mayoría de los pacientes en recuperación reconocían el peligro del consumo de alcohol y un alto porcentaje, pese a los tratamientos a los que se somete, sigue sin considerar al alcoholismo como una enfermedad. “Esto baja las posibilidades de éxito del tratamiento”, explicó Dos Santos, respecto de que muchos pacientes piensan que el alcoholismo es un problema de conducta o gusto por la bebida y no una enfermedad.

Sobre otras observaciones, la investigadora indicó que el 47 por ciento de los pacientes tuvo problemas familiares graves a causa de su adicción, como violencia familiar y abandono de la pareja y los hijos. Mientras que un 53 por ciento tuvo problemas laborales de importancia, como suspensiones, ausencias prolongadas y pérdida del trabajo.

La gran mayoría empezó a beber muy joven, y cuenta con antecedentes de familiares directos con problemas con el alcohol. En general, se iniciaron en el consumo por recomendaciones de amigos y del círculo familiar. La mitad de los pacientes tiene información suficiente sobre las consecuencias del consumo del alcohol, y reconoce que cuenta con apoyo familiar para intentar superar el problema.

En general, el consumo excesivo de alcohol lo realizan estando solos o en compañía de amigos o familiares, pero no frente al grupo familiar directo (pareja e hijos). “El alcoholismo va más allá del bebedor y produce efectos sobre la familia, la pareja, el trabajo y las actividades sociales, lo cual enfatiza la necesidad de desarrollar acciones de prevención” explicó la autora del proyecto.

Señaló que el estudio permitió “enfocar” la mirada sobre los efectos del alcoholismo en la faz personal y familiar, como forma de reafirmar que se trata de un problema que escapa a lo médico y requiere un abordaje interdisciplinario, dada la complejidad de las consecuencias que trae.

Dos Santos señaló que el estudio forma parte de un proyecto de investigación más amplio sobre “Problemáticas adictivas y construcción social del consumo de sustancias en pacientes que concurren a centros asistenciales sanitarios de Corrientes”, en el cual se abordan distintos aspectos de las adicciones, desde los trastornos físicos, psíquicos, sociales y personales. Si bien el alcoholismo es un problema a escala mundial, existen particularidades a escala local que deben tenerse en cuenta en la definición de las políticas de prevención y atención de esta enfermedad. Por eso, es intención del grupo de investigación profundizar el estudio a fin de contar con información más precisa sobre la adicción.

Fuente: Universidad Nacional del Nordeste