Se fue a lavar los dientes como todas las mañanas y cuando apretó el pomo del dentífrico, la pasta no salía con facilidad. Pensó que se había secado, pero a su vez, el envase era relativamente nuevo. Apretó con fuerza hasta que el contenido empezó a correr.

Lo primero que salió lo arrojó a la pileta y cuando el resto se deslizó con la naturalidad de todos los días lo colocó sobre la cerda del cepillo de dientes. Y fue cuando se inclinó para lavarse la boca cuando vio que el pedazo de pasta que se resistía a salir se diluía bajo el chorro de agua dando lugar a la aparición: un aro de mujer.

No, no era una promo que incluía dentífrico y arete. "Era un aro de mujer, de plástico, color blanco y con forma de estrella", contó la usuaria con cierta indignación en contacto con Radio 2.

A partir de ahí, llamó a un 0800 de defensa de los derechos de los consumidores y dejó sentado lo ocurrido. No le pareció oportuno ir al comercio donde había adquirido el producto pero se encaminó con la denuncia a la firma. Eso sí, para hacer el trámite tuvo que entregar todo. "Me pidieron no sólo la pasta sino también el aro", concluyó.