- Las continuas turbulencias institucionales y deportivas que azotan a Central desde hace ya algún tiempo, y que forjaron esta realidad tan dolorosa como grave, permitían suponer que algo como lo que pasó este viernes podría ocurrir: que habría incidentes. El encuentro estuvo diez minutos detenido en el segundo tiempo por enfrentamientos entre los hinchas auriazules y la policía. De acuerdo al testimonio de varios simpatizantes, todo se inició en la platea que da al río Paraná cuando un menor arrojó un objeto al terreno de juego: allí, los efectivos policiales reaccionaron con rudeza, y arremetieron contra el pibe golpeándolo ante la vista de todos. Eso habría despertado la furia de la gente que se encontraba cerca: los hinchas atacaron a la fuera de seguridad, y eso desencadenó la provisoria suspensión decidida por el árbitro Bassi.
- Pese a la inminencia del acto eleccionario que ungirá al nuevo gobierno del Club Atlético Rosario Central, no hubo en el Gigante un clima de fervor político. Quizás, la necesidad imperiosa de sumar puntos llevó a que las mentes auriazules solo se ocuparan del partido, algo que por otra parte resultó positivo pese a que el resultado diga lo contrario. Es que la desastrosa campaña mantiene a todos sensibles, por lo que cualquier encontronazo por diferencias en cuanto a la simpatía por uno u otra lista podría haber desencadenado males mayores.
- A tono con el equipo de primera, la reserva de Central también perdió: fue 2 a 0 para Lanús en el partido preliminar. Pero no es eso lo que se pretende resaltar en estas líneas. Lo único positivo que puede sacarse de este encuentro fue la nueva participación de los refuerzos que aun no jugaron ni un minuto en el elenco principal: Oswaldo Vizcarrondo y Federico Martínez. Tanto el defensor venezolano como el atacante uruguayo tuvieron acción en Arroyito, algo beneficioso en su interminable puesta a punto. Quizás, lleguen diez puntos justo para… el cierre del Apertura.

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