La región crecerá alrededor del 5 por ciento este año, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Es la segunda vez en el último cuarto de siglo que América latina y el Caribe atraviesa por un período de cuatro años consecutivos de expansión. El PIB regional acumulará un aumento del 17,6 por ciento (4,3 por ciento anual promedio) y el PIB per cápita, un alza de 12 por ciento.

 

A pesar de un comportamiento sustancialmente mejor que el de los últimos 25 años, América Latina y el Caribe siguen mostrando un menor dinamismo que el conjunto del mundo en desarrollo.

 

Para el 2007 se proyecta un crecimiento del PIB en torno al 4,5 por ciento, en el contexto de una moderada desaceleración de la economía mundial.

 

La expansión será generalizada este año, en un rango entre 3,5 por ciento y 6,5 por ciento para la mayoría de los países, con las excepciones de la Argentina , República Dominicana y Venezuela, que crecerán a tasas superiores al 7,5 por ciento y de Haití, que bordeará el 2,5 por ciento.

 

Se espera que los países del Caribe crezcan un 6,3 por ciento, mientras que América del Sur lo hará en 5,4 por ciento, y México y América Central, en torno al 4,1por ciento.

 

La región sigue mostrando un superávit en cuenta corriente, aunque con fuertes diferencias entre países. En particular, cabe destacar el impacto negativo sobre la cuenta corriente del aumento del precio del petróleo en América Central y la mayoría de los países del Caribe.

 

Al comportamiento de la cuenta corriente se agrega la mejora en las cuentas públicas, lo que reduce la vulnerabilidad ante posibles perturbaciones externas, señala la Cepal en su Estudio económico de América Latina y el Caribe, 2005-2006, presentado hoy en Santiago, Chile. Esta menor vulnerabilidad ante perturbaciones externas es un hecho distintivo al cual Cepal le asigna gran relevancia.

 

A diferencia de lo sucedido en ciclos anteriores de crecimiento, esta vez los gobiernos han evitado las políticas fiscales expansivas, optando por la generación de mayores superávit primarios y por la cancelación de deudas. La actual fase destaca por "la menor dependencia de los países de la región respecto del ahorro externo y por la mayor rapidez con que se desendeudan", señala la Cepal.

 

La continuada expansión de la economía mundial y la liquidez de los mercados internacionales de capital permitieron un crecimiento de las exportaciones y la mejora de los términos de intercambio para América del Sur, México y Trinidad y Tabago. Aunque los restantes países del Caribe y los de Centroamérica enfrentaron un deterioro de sus términos de intercambio, se beneficiaron junto con México del ingreso de divisas provenientes de las remesas enviadas por los trabajadores emigrados.

 

Factores de incertidumbre en la economía mundial, como la acentuación de la volatilidad de los mercados ante los temores de una aceleración de la inflación, el riesgo latente de una corrección traumática de los desequilibrios globales y el aumento del precio del petróleo podrían desacelerar el crecimiento global. A estos factores se suma la preocupación que genera la escalada bélica en Medio Oriente.

 

Sin embargo, el desempeño económico y las políticas macroeconómicas observadas en América Latina y el Caribe en los últimos años permiten contar con "cierto margen de seguridad ante posibles variaciones de las condiciones externas, siempre que éstas sean moderadas", sostiene la Cepal.

 

El crecimiento repercutió favorablemente en los mercados de trabajo y la tasa de ocupación subió en 0,5 punto porcentual en 2005, llegando al 53,6 por ciento de la población en edad de trabajar, aunque aún no se alcanza la tasa de 1997. Una buena noticia es que ahora el aumento del empleo se da en el sector formal de las economías.

 

La tasa de desempleo cayó a 9,1por ciento a fines de 2005 y esta tendencia continúa por debajo del 9 por ciento en el primer semestre de este año. Si bien es el nivel más bajo desde mediados de los noventa, en la región hay todavía 18 millones de personas desempleadas.

 

El control de la inflación (6,1 por ciento en 2005) continuó siendo una preocupación de la mayoría de los bancos centrales. Pese al alza de los precios internacionales del petróleo, la tendencia a la apreciación de las monedas locales ha mitigado el aumento de los niveles de los precios.

 

En el estudio de la Cepal se reconoce que aunque una coyuntura caracterizada por precios de productos básicos algo menores y tipos de cambios reales algo más altos plantearía un desafío para las finanzas públicas, podría acentuar la búsqueda de un patrón de especialización más diversificado y con mayor contenido de conocimiento.

 

En este sentido, desde la Cepal se sostiene que la definición del estilo de crecimiento de la región en los próximos años abre un espacio para las políticas productivas. Paralelamente, se advierte sobre la necesidad de aumentar la tasa de inversión que, pese a haberse recuperado significativamente, aún es insuficiente para asegurar un crecimiento sostenido a tasas como las que el alivio de la situación social de América Latina y el Caribe requiere. 

 

Fuente: Télam