Lisandro Aristimuño lo entiende. Vivir en las profundidades para de repente, caminar la tierra. Adaptación. Y parte del contenido conceptual de su último disco Mundo anfibio. En diálogo con el programa Esto se baila así (Radio2), el cantante nacido en Viedma habló de la grabación de este material y de la presentación que hará en Rosario, el viernes 28 de septiembre en el teatro Fundación Astengo (Mitre 754).

Desde Buenos Aires, ciudad en la que está radicado hace una década, contó que el disco vio la luz junto a su propia hija. Como si se hubiesen puesto de acuerdo, pasaron los dos de un estado a otro: “La salida del ser humano de un lugar acuático en la panza a la tierra para enfrentarse a un sistema que nos contrataca”, reflexionó al respecto y añadió: “El ser humano puede vivir bajo el agua y mutar y hacer miles de cosas”.

Son once canciones las que integran el quinto disco de Aristimuño , a lo largo de las cuales se permite crear su propio espacio y compartirlo con sus “superhéroes”. En dos canciones ("Un dólar, un reloj y una frase sin sentido" y "Traje de Dios"), se siente la voz de Ricardo Mollo: “Es encantador, humilde y tranquilo. No lo podía creer, de repente tener a alguien que tocó con Sumo al lado mío con esa humildad, tomando mate y preguntándome cosas, diciéndome que lo guiara en lo que quisiese hacer”, recordó.

Pero Mollo no es el único, también se pueden escuchar Hilda Lizarazu y Boom Boom Kid. Consultado por esta inclusión, indicó: “Veo los discos como algo teatral, con un concepto, con actores. Se lo debo a mi viejo que además de músico es director de teatro. Y entonces, estos invitados son como actores y las canciones partes de películas”, observó.

Y además de esta mirada, su padre le acercó la música. Porque fue allí, en la casa paterna de Viedma donde el pequeñito Lisandro tomó los primeros instrumentos de una piecita donde su papá ensayaba con otros músicos. Primero fueron los que hacían mucho ruido, después vendría la guitarra y el piano. Lo instintivo, sin embargo, aún late en cada canción de Aristimuño.

En Capital extraña los horizontes. “Acá no ves más allá de un edificio”, señaló y remarcó: “Extraño la naturaleza, me gusta ver más allá”. Donde puede intentarlo es más al sur, en Viedma: “Me voy para allá todo el tiempo, están mis viejos, mi casa de la infancia, el patio con los árboles”, contó.

Un pasado que es presente todavía y un futuro, tan incierto como musical: “Nunca pensé en el día en el que no haga música porque se puede hacer música con cualquier cosa, podés agarrar un toc-toc y con eso hacés algo”, aseguró.

Un clip del nuevo disco:

 

Un clip algo más antiguo: