Poco después de las 10 hora local (6 de la Argentina) se inauguró la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas (COP 15) en el plenario Tycho Brahe del palacio de congresos Bella Center en la isla de Selandia, donde se ubica Copenhague.

De la previsión inicial de 15 mil personas, a 34 mil acreditados obligaron a los organizadores y a la ONU a ofrecer sitios en Internet habilitados para reproducir en directo las incidencias de la apertura del evento, que se extenderá hasta el 18 de diciembre.

Las expectativas alrededor de la COP 15 aumentaron a pesar de dudas atizadas por correos electrónicos de científicos en Londres, los cuales supuestamente inflaron las cifras en relación con el calentamiento global de la atmósfera.

El Papa Benedicto XVI dijo ayer en el Vaticano a los líderes que acudirán a la cita cimera que para cuidar de la creación de Dios se requieren estilos de vida sobrios y responsables.

Por su parte, el secretario de la ONU sobre cambio climático, Yvo de Boer, reclamó la víspera un acuerdo ambicioso y efectivo que responda a un momento político único.

"Nunca en 17 años de negociaciones climáticas tantas naciones han hecho compromisos firmes juntas. A la espera de que se den más pasos, Copenhague ya es un punto de inflexión en la respuesta internacional", declaró Boer.

Recalcó que los gobiernos deben acordar acciones en tres campos: implementación rápida y efectiva en torno al calentamiento global; compromisos ambiciosos para limitar y cortar emisiones; y una visión compartida a largo plazo para bajar las emisiones de CO2.

Empero, las buenas intenciones y los deseos también pasan por otro tipo de escepticismo de las ONGs, que efectuarán un foro alternativo cerca de la estación central de trenes aquí a donde arribarán más de 10 mil delegados.