Una de las estrategias más comunes para que el bebé se duerma consiste en mover su cuna. Y al parecer este truco también funciona muy bien con algunos animales y con personas, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Ginebra en Suiza.

Para eso el equipo científico le indicó a un grupo de voluntarios que durmiera en una cama normal, y en otra que se balanceaba ligeramente. Tras compararlos uno por uno, se encontraron con que los del segundo grupo agarraban sueño más rápidamente y dormían más profundamente.

Previamente, los voluntarios tuvieron que memorizar parejas de palabras antes de irse a dormir. A la mañana siguiente les realizaron una serie de pruebas y descubrieron que quienes durmieron en camas que se balanceaban puntuaron mejor en las pruebas de memoria. El experimento se repitió con ratones y los resultados fueron similares.

A partir de ello, los investigadores concluyeron que el balanceo facilita una mejor sincronización neuronal en el sistema talamocortical, una región del cerebro que juega un importante papel en la consolidación de la memoria, según consignó Science Daily.