En una búsqueda de luchar contra la contaminación, dos diseñadores italianos encontraron una solución con la llamada “Capsula del mundo” que es un ataúd orgánico en forma de huevo. En la particular urna se podrá colocar el cuerpo o las cenizas que luego servirán de nutriente para crear nueva vida a través de un árbol.

En los ataudes convencionales se utilizan determinados materiales sintéticos o metales que contaminan la tierra, por ese motivo Raoul Bretzel y Anna Citelli pensaron una manera de reemplazar estos materiales que tardan años en descomponerse y crearon estas urnas biodegradables.

“Una vez enterrada la persona la cáscara de plástico biodegradable se descompone y los restos humanos proporcionan nutrientes a un pequeño árbol que se planta encima de la cápsula”, explicaron los diseñadores a CNN.

El objetivo de los diseñadores es crear cementerios llenos de árboles en lugar de lápidas, para acabar con la contaminación, los desperdicios, así como con el comercio que se genera alrededor de la muerte, además de crear una nueva vida.

La primera versión del productor presentado es para cenizas y están trabajando en el próximo modelo que será para cuerpos, que se colocarán en posición fetal. El invento permite que una vez ubicados los restos humanos en la cápsula se siembre una semilla de un árbol que crecerá a través de los propios nutrientes.