Preocupa un abrupto crecimiento de casos entre los más pequeños. Aunque a menudo subestimados, los accidentes hogareños se cobran la vida de un chico casi a diario en Argentina y se han convertido hoy en la segunda causa de muerte infantil, después de los accidentes viales.

Hablar de "accidentes" en estos casos no es sin embargo lo más apropiado, según los especialistas. En la gran mayoría de ellos existe un claro trasfondo de descuido o falta de preparación por parte de las personas a cargo, aseguran en las guardias médicas.

El lugar que tienen los adultos en este tipo de episodios aparece especialmente resaltado en un dato que surge del Hospital de Niños de La Plata. Los accidentes domésticos que más han crecido son aquellos que involucran a chicos de entre uno y dos años; una edad en la cual se requieren los mayores cuidados paternos.

"Pasamos de tener unos 800 casos anuales a cerca de 1900 en apenas ocho años", cuenta la pediatra Rosario Merlino, quien se ha dedicado a reunir y analizar las consultas por accidentes domésticos atendidas en la guardia del Hospital de Niños a lo largo de la última década.

"Creo que está asociado con la crisis social -dice la médica-. Evidentemente hay algo en la estructura de los vínculos familiares que ha cambiado mucho a partir del año 2000 y de lo cual la salud pública debería ocuparse. Es que no sólo genera un montón de daño, sino un enorme gasto en atención".

Aunque Merlino reconoce no haber podido dedicarse aún a investigar este fenómeno en profundidad, otra médica, María Eugenia Cobas -titular de la Sociedad Argentina de Pediatría en La Plata- dice reconocerlo en la práctica diaria.

Que hayan aumentado las lesiones hogareñas entre los más pequeños "es producto de la vida que hoy está obligada a llevar una enorme cantidad de familias: papá y mamá trabajan casi todo el día fuera de casa y los chicos quedan muchas veces al cuidado de alguien, o de sus hermanitos mayores", señala la médica.

De ahí que Cobas prefiere no hablar de "accidentes domésticos", sino de lesiones involuntarias producidas en el hogar. Porque "lo cierto -dice- es que estos casos son consecuencia de una cadena de eventos y circunstancias en la que los adultos siempre pueden intervenir para evitar o mitigar las consecuencias".

Accidentes o lesiones involuntarias, el fenómeno -aunque viene creciendo entre los más pequeños- tiene su mayor incidencia entre los niños mayores, en especial varones. Según los datos que la doctora Merlino ha logrado reunir a lo largo de ocho años de trabajo, el grueso de los casos se da entre los 4 y 14 años de edad.

De los cerca de 15.200 consultas atendidas durante 2008 en la guardia del Hospital de Niños, sólo unas 2.800 correspondieron a menores de 2 años de edad. Las restantes involucraron a chicos de entre 2 y 14 años.

En el ranking de accidentes hogareños, "los traumatismos están lejos en primer lugar, seguidos por las quemaduras e intoxicaciones. Pero las formas en que un chico puede lastimarse dentro de su casa son miles", señala la pediatra.

Acaso por ser tan diversas resulta común que los padres no alcancen muchas veces a visualizarlas o dimensionar el riesgo que implican. Pero lo cierto es que los chicos, con su curiosidad natural, casi salen a veces a buscarlas. Conscientes de ello, las autoridades de la Sociedad Argentina de Pediatría le han dedicado todo un manual a identificarlas y concientizar a los adultos. Ese manual tiene una versión en internet que se puede encontrar en el sitio www.sap.org.ar.

Fuente: El Día