Soledad Massin/Alan Monzón

Este febrero, un grupo de médicos rosarinos partirá rumbo a la India para perfeccionar sus conocimientos sobre ayúrveda, un viejo concepto de sanidad que interpela a la mirada médica actual y que de a poco se abre camino en la ciudad.

A propósito de su travesía, Rosario3.com habló con el doctor Parthasarathy que recibirá a la delegación en el hospital escuela de Coimbatore y con las médicas Lucía De Vicenti (matrícula 5.213) y Norma Fleitas (matrícula  9.240), quienes, junto con la nutricionista Natalia Bosch Estrada, serán de la partida.

Mucho más que una práctica de salud, la medicina tradicional india es una filosofía de vida. Desde 2008 logró abrirse paso en el sistema de salud rosarino, donde conceptos orientales y ancestrales se mezclan en los hospitales Roque Sáenz Peña, Cemar y Carrasco. En este último, De Vicenti la aplica para curar el corazón de sus pacientes. Sin embargo, abrazarla no implica importar sin más una cultura ajena, sino resetear la mente y estar dispuesto a hacer un cambio radical. La clave pasa por la alimentación.

Dime qué dosha eres y te diré qué comer

La ayúrveda –en sánscrito “conocimiento de vida”– aborda la complejidad del mundo desde cinco perspectivas diferentes. Para Fleitas, vino a poner en cuestión el mito de que la medicina occidental y racional resolvía todos los problemas.

"Hoy con un planeta que se disuelve hay que pensar otra vez en estas cosas", ponderó.

“Mientras que Occidente reduce al agua como una fórmula química (H2O), nosotros vemos que el agua puede tomar distintos atributos: tierra cuando se encuentra en estado sólido (hielo), fuego, cuando está en ebullición; aire, al evaporarse; espacio, porque ocupa un lugar físico y finalmente, agua, cuando la vemos en su estado líquido”, ilustró Parthasarathy.

Así este sistema observa e interpreta todo lo que existe en el universo desde la teoría de los cinco elementos, tierra, agua, fuego, aire y éter (o espacio) y parte de la premisa que todas las personas son distintas, porque cada una posee, desde su nacimiento, una combinación diferente de estos elementos que son percibidos a través de los tres doshas.

Los doshas son los humores que constituyen a la persona y dictan el tratamiento particular. Todos llevamos las señas de este trío, aunque en diferentes "cantidades". El objetivo de la ayúrveda es mantener los niveles de cada dosha en equilibrio por medio de la alimentación.

"Lo que se propone como tratamiento al paciente es algo que lo puede hacer absolutamente cualquiera", apuntó Bosch Estrada.

“Vata” es el humor que combina al éter y al aire; “Pitta”, al fuego y el agua; y “Kapha”, al agua y la tierra.

De acuerdo a De Vicenti, el primero está caracterizado por la aspereza y la sequedad, el movimiento y el entusiasmo; la ligereza y el placer. “Quienes son predominantemente Vata suelen ser nerviosos, erráticos y dispersos. Comprenden rápido pero olvidan igual de rápido. En el desequilibrio pueden aparecer trastornos en el tránsito intestinal y en el sueño, desorganización del habla e inestabilidad en la postura”, precisó la cardióloga quien llamó la atención que con la ayúrveda no sólo se puede mantener la salud, sino apaciguar fobias.

“Por ejemplo, una persona que tiene miedo a volar es porque tiene un problema con el aire, con lo liviano, con su Vata. Entonces, teniendo en cuenta que más de lo mismo agudiza el padecimiento, se recomienda no comer cosas livianas. La inocente lechuga, tan etérea, no es nada inocente”, ilustró. Por lo menos, no para este caso. Así enfatizó que cada tratamiento diferirá según la persona.

“En una misma habitación –aportó Parthasarathy– habrá quienes se sientan a gusto con la temperatura tal cual está, otros en cambio sentirán frío, otros calor. Y aún cuando todos gozan de buena salud. Ello demuestra que todas las personas son diferentes”.

Volviendo a los doshas, De Vicenti señaló que a las personas Pitta las caracteriza “la vilis y lo oleoso; la intensidad, la acidez y la bondad” pero cuando aparece el desequilibrio, las consume el rencor y se las distingue por su falta de resistencia física y fuertes sudoraciones. El limón entonces, o cualquier otro citríco, no ayudará a quienes tengan un problema Pitta.

En tanto los Khappa, son personas “flemáticas, frías y estables”; desequilibradas, les gana el cansancio y la avaricia. Los alimentos Khappa se caracterizan por su oleosidad y suavidad.

“Tomando en cuenta que lo igual aumenta lo igual y lo diferente lo disminuye, conociendo nuestras tendencias y analizando las propiedades de lo que nos rodea podemos encontrar las sustancias que nos mantengan en equilibrio, tener en cuenta este principio a la hora de elegir con qué alimentarnos es muy importante”, concluyó De Vicenti.